Fidel Rodríguez Ramos

     México, indirectamente está pagando el pato, del enfrenta miento entre Venezuela y Estados Unidos, pues desde el inicio de éste siglo XXI los gobiernos gringos le han declarado la guerra a la tierra latinoamericana de Simón Bolívar, la han señalado como parte de un eje del mal junto con Cuba e Irán, y supuestamente la tierra bolivariana representa un serio peligro para la democracia, seguridad norteamericana.

  Debido a esa guerra despiadada, miles de venezolanos han debido abandonar su patria, buscando asilo en los Estados Unidos, muchos fueron recibidos, beneficiados después de haber realizado una larga travesía de meses, sufriendo una y mil calamidades, su hazaña fue aprovechada por los gobiernos norteños para demostrar al mundo que en Venezuela existía una dictadura diabólica, deseosa de implantar el socialismo en América del Sur, de acabar con  las libertades de millones de personas.

  Hoy cientos de los habitantes de ese país, se encuentran en México, expulsados por el presidente Biden, los migrantes sufren hambre, frío, por la falta de dinero, de hospedaje, pernoctan en centrales de autobuses, refugios esperando un milagro, o poder regresar a su país donde se padece una situación desastrosa, debido al bloqueo, prohibición que ha ordenado EUA a muchos países para que no realicen comercio, relaciones con el actual gobierno de Nicolás Maduro, por eso faltan alimentos, ropa, medicinas y artículos de primera necesidad.

   Una explicación para esa situación inhumana tiene que ver con la rebeldía de los venezolanos, quienes democráticamente eligieron como su presidente a Hugo Chávez quien decidió recuperar, nacionalizar muchas empresas de luz, telefonía, petrolera, banca, comercio que con sucias acciones habían logrado obtener empresarios extranjeros, eso por supuesto  no gusta a los gobiernos yanquis que lo acusan de ser un peligroso elemento de inestabilidad en lo que consideran es su continente. Chávez ayuda con petróleo a Cuba, invita a muchos países para que conformaran un organismo de ayuda, que sirviera para desarrollar la economía en Perú, Brasil, Argentina, para que se tuviera un banco latinoamericano.

   Muchos habitantes del cono sur hacen suya la propuesta de Chávez, por esa razón los yanquis le declaran una guerra propagandística, buscan la manera de eliminarlo. Chávez bajo circunstancias extrañas muere y el pueblo nombra como sucesor a Nicolás Maduro que ha sufrido una serie de atentados, y no sólo él sino toda la población que padece graves problemas, como la falta de luz, empleo, violencia. EUA al ver que nada de ello tenía éxito, decidieron con la ayuda de Inglaterra crear un gobierno alterno, “formal” que llegaron a reconocer muchos países en Europa, pusieron un presidente títere que responde al nombre de Juan Guaidó que por supuesto tiene también su gabinete. El absurdo llega a límites increíbles pues a ese personaje se le considera como el dueño de millones de dólares que Venezuela confía a la banca inglesa; por presión internacional hay pláticas entre los dos gabinetes, el legal y el espurio, para resolver una grave situación.

    Los prodigiosos medios de difusión mexicanos, se guardan de mencionar que detrás de ese injusto pleito, se encuentra el deseo norteamericano de controlar, tener en sus manos lo que se considera el mayor yacimiento de petróleo que hay en el mundo bajo el subsuelo de la digna patria de Bolívar.

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