Fidel Rodríguez Ramos

    Cuando no se ha hecho trabajo alguno, es difícil esperar buenos resultados, y en política no ocurren milagros, pocos o nadie de quienes desde hace años simpatizamos con Obrador, nos distinguimos por realizar algo en pro de su gobierno, que fue extremadamente difícil desde un comienzo. El huachicoleo, la falta de combustible, transporte del mismo, fue una pesadilla, un reto que lo supera Obrador, la gente comprendió, en todos lados largas filas, de horas, para conseguir la anhelada gasolina, en la capital michoacana, en un expendio una banda musical baja sus instrumentos y ofrece un sorpresivo concierto para decenas de automovilistas.

  Cuatro años de desgaste, problemas super difíciles le toca capotear a Obrador, con poca o nula ayuda, porque tod@s los morenistas nos dedicamos a formar grupos, hacer grilla para ver que puestos, huesos, lográbamos obtener, dejando fuera de nuestra atención a la gente, a quienes esperaban ver un gobierno diferente, dispuesto a estar a su lado, compartir anhelos, trabajos. Muchos de quienes somos la izquierda, la que se forja en los movimientos populares, con los obreros, indígenas, maestros, comerciantes, colonos fuimos incapaces de ligar esa tendencia al nuevo gobierno, cosa que astutamente aprovechan destacados empresarios para sumarse a una administración que fue producto de los esfuerzos de la gente más humilde, que esperaba solución a sus justas demandas, como lo es el caso de los 43 normalistas hasta hoy desaparecidos, desde el nefasto gobierno de Enrique Peña Nieto, y como para no creerse, los priistas, panistas, perredistas muestran hoy descontento, exigen que “se aclare ese crimen de lesa humanidad”.

   La llamada derecha, los partidos que hoy se han unido para derrotar a Morena en el 2024, siempre esperaron, desearon que el gobierno, de profundas raíces populares, se viniera abajo, prendieron veladoras para que ningún problema fuera solucionado, vergonzosamente, como en los buenos tiempos de Santa Anna, Porfirio Díaz, prefirieron unirse a los extranjeros, para que éstos a sus anchas, legalmente, aprovecharan nuestras cada vez pocas riquezas. La derecha como nosotros los de la izquierda, esperamos que milagrosamente la gente nos entregue su confianza en las urnas. Así, ya desde hoy, sin ninguna base, se espera que Morena gane nuevamente la Presidencia con Claudia Sheinbaum.

  Y si no se ha hecho ningún trabajo político, es claro que nuevamente el PRI vuelva a ganar en el Estado de México y Coahuila, pues los partidos se han sumido en una criticable complacencia, esperando que otros asuman la solución a la terrible violencia que hoy campea en todo el país; indiferentes las dirigencias partidarias,  dan la impresión de que  están viviendo en otro país, y no en México donde no se ha atendido cabalmente el problema de los feminicidios; de los más de doscientos mil asesinados, de los desaparecidos que rebasan la suma de sesenta mil. Lamentable que la élite, el pequeño grupo que mangonea los partidos vean en ellos la posibilidad de conseguir buenos empleos, relaciones, salarios excelentes mientras una inmensa mayoría sufre la miseria, el desastre ambiental, el aniquilamiento de suelos, bosques, selvas, mares y ríos.

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