Fidel Rodríguez Ramos
Muchas probabilidades tiene la oposición partidaria del PRI y PAN, para alzarse con el triunfo en el 2024, recuperar la Presidencia, toda vez que a ellos se ha unido el PRD, y se han apoyado, desde el primer día de gobierno morenista que arranca en el 2018, en los poderosos medios de difusión, la radio, la televisión, revistas y diarios de circulación nacional, dedicados a criticar todas las acciones del nuevo régimen, como la que se instrumenta para enfrentar a la desastrosa epidemia del coronavirus, los opositores prendían veladoras para que murieran millones de personas, sin haber recibido la más mínima atención, apostaban a que la vacuna milagrosa no aparecería y, después de que se obtiene en tiempo record, aseguraban que dicho antídoto no era confiable. La campaña sigue, pues muchos no se han querido poner un refuerzo necesario, al saber que viene de Cuba, se nos decía que estaba caducada.
Junto a la anterior se ha unido el desear el fracaso en las obras emblemáticas del régimen: el Tren Maya, el aeropuerto Felipe Ángeles y la refinería Olmeca, aseguran que tales proyectos reciben cuantiosas sumas de dinero que jamás habrán de recuperarse. Declaran que es una verdadera tontería dar una mínima ayuda económica a la población de la tercera edad, a los estudiantes o jóvenes que desean aprender algún oficio.
Hoy las dirigencias en los partidos mencionados, saben que la gente los rechaza y, por ello llaman a la sociedad civil para que participe en el nombramiento de los candidatos a los diversos puestos de representación popular, que estarán en juego en el 24. Les avergüenza decir en la calle que son del PRI, PAN o PRD. Que marchan con las gentes para protestar por los supuestos ataques presidenciales hacia el INE, pero no como militantes distinguidos, como secretarios generales de esas instancias sino en una calidad de simples ciudadanos. Esperan que los sufragantes acepten al candidato presidencial que propongan, pues éste será alguien ajeno a los partidos, será una propuesta que tiene como origen a la sociedad civil, hastiada de la oposición partidaria, esa argucia, sin éxito la ensayan con José Antonio Meade supuesto candidato “independiente” en el 2018 que rogaba a los del PRI, lo hicieran suyo.
Una parte importante del dichoso plan, con el que esperan recibir millones de votos, más de treinta, es por el supuesto fracaso de Obrador para combatir la violencia, que tiene su máximo ejemplo hoy en Matamoros, Tamaulipas. Al grado de que los gringos ya desean venir a poner orden. Todos los días, segundo a segundo, minutos, horas se propala en todos los medios de difusión como internet, peleas, acosos de diverso tipo, aparición de justicieros anónimos, asesinatos, desapariciones, agresiones, secuestros, “levantones”, balas perdidas que han sufrido miles de personas, sin distingo de edad, profesión, trabajo, situación económica, los hechos son ciertos, pero tendenciosamente todo éste escenario de verdadera guerra, anarquía, se atribuye a la dejadez, desinterés de la Presidencia de la República. Todas las cartas de la oposición apuestan a que en el inconciente de la gente está ya anidando esa idea, y claro ante lo descomunal de una tendenciosa propaganda hará que en el 24 se prefiera otra alternativa, otro candidato, aspiranta que no sea del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Morena tiene a estas alturas un desgaste natural, sus militantes aún sufren los efectos del triunfo del 18; en vez de estar atendiendo los problemas del pueblo, están interesados por luchar para que su candidato presidencial triunfe en una próxima encuesta donde participara quien lo desee. Cuando la derecha quiso tumbar en Venezuela a Hugo Chávez en el 2002, salieron a protestar seis millones de chavistas, aquí en México ¿Cuántos simpatizantes de Obrador salieron a las calles el 18 de marzo de éste año?.