Fidel Rodríguez Ramos
Lamentablemente el pasado 27 de marzo en Ciudad Juárez, Chihuahua, en una estación migratoria murieron en un incendio 39 personas procedentes de Centroamérica y Sudamérica, que pretendían obtener la posibilidad de ser recibidos, en los Estados Unidos de América, ellas y ellos venían en la búsqueda de un mejor futuro, debido a que en sus países predomina la violencia, la miseria, la falta de trabajo, drogadicción, pandillerismo, la imposibilidad de estudiar o vivir dignamente.
Los mexicanos, quizás desde hace veinte años o más, hicieron lo que estaba en sus manos para auxiliar a quienes habían emprendido una larga travesía por los bosques y selvas, desiertos o ríos. En ese tiempo había la posibilidad de viajar en los techos de los vagones del ferrocarril bautizado como La Bestia; en Veracruz los esperaban las Patronas, con bolsas que contenían agua, tacos, frutas. La ayuda se les daba a quienes dejan Cuba, Haití, África, El Salvador, Nicaragua. Eran decenas, quizás cientos, nada comparado a lo que se observa cuando asume la Presidencia de Norteamérica Joe Biden, caravanas de miles de personas, caminando desde Colombia con carreolas, ayudando a gentes que transitaban en sillas de ruedas, o en las espaldas de amigos y familiares, niños de seis años solos, mujeres embarazadas.
Pese a que eran una enorme cantidad de obligados migrantes, los Estados Unidos reciben a muchos de ellos, las crecientes oleadas preocupan, irritan a muchos americanos que pronto olvidan como ellos también, obligados por la miseria, llegan desde hace más de siglo y medio desde Inglaterra, Italia, Grecia, Irlanda, a habitar un inmenso territorio que durante más de mil años aprovecharon grupos indígenas, su antigua presencia es hoy recordada por los nombres que llevan la mayoría de los Estados, como Nebraska (aguas poco profundas), Tejas, Michigan (agua grande).
Y así como es igual la historia de todos los que huyen hacia EUA, es también idéntica la historia de sus países que de una u otra manera padecen la presencia, opresión, saqueo de sus bienes por parte de quienes tienen a su servicio el gobierno, la presidencia yanqui que les brinda todo lo imaginable para que sigan practicando esa lesiva costumbre, perjudicando a millones de gentes. Por ejemplo los cubanos por miles han huido a Norteamérica por la falta de muchas cosas, que no pueden adquirir por la sencilla razón de que no existen en el mercado, debido a un bloqueo, asfixia de los diversos gobiernos gringos desde hace más de sesenta años. Más dramática es la situación de los venezolanos, que por no dejar el campo libre a quienes desean apropiarse de lo que se considera es el más grande depósito de petróleo en el planeta, han sufrido agresiones, bloqueo como en Cuba. Estados Unidos, el gobierno que encabezaba Donald Trump llega al extremo de formar un gobierno paralelo, nombra otro presidente que inmediatamente es reconocido por 50 países. La saña no conoce límites pues en plena epidemia de Covid-19, ordena congelar en los bancos de Europa y EUA, treinta mil millones de dólares del legítimo gobierno venezolano.
La tragedia en la frontera seguramente perjudicará las aspiraciones presidenciales de Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, dejando más ventaja a Claudia Sheimbaum. Conforme se acerca el 2024 más tremendas tragedias suceden. Nos unimos a las condolencias hacia los familiares de nuestras hermanas y hermanos migrantes que perdieron la vida en México.