Con grandes diferencias, pero en el natural ejercicio de la política, que practicamos todos diariamente, encontramos el mismo escenario, una falta de unidad desde 1921, hoy ella se muestra en la falta de verdaderos partidos, donde hay verdaderos compromisos y no simulación, que hagan posible el llevar a las altas autoridades los reclamos, demandas de millones de personas que aseguran representar.

   Los partidos políticos realmente están fuera de la consideración de más de ochenta millones de mexicanos, muchos ni siquiera identificamos las siglas de algunos, pues como hongos se reproducen para morir en poco tiempo. Tan desconocidos resultan, que hoy a quienes representan la oposición frente a Obrador, tendrán el próximo año tres mil millones de pesos para llamar la atención de la gente. Tan alejado se encuentra de la sociedad, el partido que fundara Plutarco Elías Calles, el tricolor, que en su padrón registra millón y medio de militantes. El PAN cuatrocientos mil afiliados y, a pesar de esa gran diferencia tendrá como competidora panista, ante  Sheinbaum a la ingeniera Xóchitl Gálvez.

   En realidad, todos los institutos, que deberían estar obligados a promover la organización, fortaleza, participación de la ciudadanía, hoy tienen como principal ocupación definir a quienes ocuparan los más importantes puestos de representación popular, una situación que ya lleva más de noventa años. Debido a ello en el 2024 se votará atendiendo a diversos motivos, menos a los principios, fines, objetivos que deberían tener, practicar los partidos, para ganar la preferencia, pensamiento de la gente. Los partidos han fallado en su responsabilidad de ser verdaderas escuelas, para que sepamos en donde estamos, a donde nos conviene ir en un futuro.

   Como un relámpago, aprovechando el momento en que se están definiendo a los principales actores (as) para la Presidencia, se anuncia que el aborto, en todo el país ya no recibirá sanción alguna. Pero uno se pregunta ¿para ello se habrá tenido la atención de consultar a las mujeres?. Supuestamente varios partidos políticos no comulgan con esa idea, pero claro como hoy existe otro compromiso ni siquiera lo comentan o dan un pronunciamiento. El “haber que sale” en el 2024 es la apuesta para ganar la Presidencia, ello no debería de ser así después de haber conocido la experiencia de Vicente Fox, Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón que dejaron sumida a la nación en la violencia, miseria, desempleo, inseguridad y oportunidad para estudiar profesionalmente.

  Marcelo Ebrard a pesar de tener una alta preparación, trabajo en beneficio de millones de mexicanos, no ha podido digerir, aceptar la primera regla de la democracia que es atender a la voluntad de la gente, pues desde antes de un proceso de consulta, donde muchos ni siquiera nos dimos cuenta del mismo, ya era realidad que todo el escenario, la simpatía, aceptación estaba a favor de la exjefa de la Ciudad de México, a pesar de ser cuestionada por muchas situaciones, como la caída de dos chamacas en un drenaje, donde perdieron la vida, por la obscuridad y falta de tapadera. Desde San Luis Potosí una señora nos mandó, parte del desenlace que hoy estamos presenciando. Nosotros en Reflejo decíamos hace meses, que los partidos realmente serían irrelevantes, pues todos y todas ya desde hace más de un año sabemos perfectamente por quien vamos a sufragar. No importa que en El Ángel haya habido poca gente con Xóchitl; no importa que Ebrard se vaya con Movimiento Ciudadano (MC) que tiene más militantes que el PRI. Como en el 2018 tendremos más libertad para elegir a quien tomará el timón de esta nave que se dirigía al naufragio.

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