(1963-2020)
Fidel Rodríguez Ramos Fidel – José Octavio Ferreyra Rodríguez
Este 21 de septiembre, en la Estación se recordó el cincuenta y siete aniversario del Colegio Ibarra, que tuviera diversas sedes, hasta encontrar el espacio definitivo, gracias al interés, comprensión de toda la comunidad.
En esa festiva mañana de 1963, cientos de personas, con expectación esperaban a la esposa del presidente de la República, a Eva Sámano de López Mateos. Llega y por la muchedumbre que le vitoreaba, a la vez que le rendía honores con grandes cantidades de papel confeti, le cuesta trabajo caminar varios metros para poder entrar a un soberbio edificio, la asombrada señora que derrochaba mucha simpatía y sencillez devela en medio de personalidades la placa que da fe de la inauguración largamente esperada.
Largas listas donde se anota los nombres de quienes dieron cooperación económica, pudimos observarlas, la memoria nos traiciona y es imposible hoy mencionar a todos y todas como Ofelia Guido de Mendoza, Joseph Facci, Pedro Mendieta, Martín Ramos, Casimiro Arce, nadie desea quedarse fuera de ese buen proyecto que beneficia a niños de Tzurumútaro, Tzentzénguaro, Janitzio y por su puesto de la Tenencia de Ibarra.
De ese gran centro educativo egresan quienes se convierten en profesionistas distinguidos como Felipe Ramos Mendieta, físico-matemático, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) otorgándole la distinción de Investigador Nacional Nivel II. Distinción impulsada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) para incentivar la labor de investigación en el país. Francisco Ortiz Gama ingeniero que trabaja en Curitiba, Brasil. Antonio Ramos Medina ingeniero llamado a Guatemala. Socorro Ramos Hinojosa que por sus dotes deportivos participa en China.
Los ejidatarios felices donan una parcela para la escuela, con el propósito de que los niños cultivaran. Carlos Salinas maestro tornero del lugar, se hace cargo de un taller. Igual el carpintero Guadalupe Jiménez brinda a los niños sus habilidades con la pura finalidad de formar hombres de bien, sin recibir ninguna compensación económica.
Se ofrecen desayunos escolares, clases de inglés para sexto año. Como se expresó líneas arriba los niños deambularon por varios espacios, no era fácil tener una escuela propia por el mucho dinero, personal, mobiliario que se requería.
En una de esas sedes, llega de improviso Tata Lázaro, como era su costumbre, rápido piden a la niña Amelia Ramos Alcántar recitara al general, así lo hace y Cárdenas la abraza, aprieta su manita, cuando Amelia la abre feliz observa un peso de plata.
¡Felicidades a todo el Personal
de la Ibarra y Adelante!