Fidel Rodríguez Ramos
El sistema mexicano, hasta el último momento defiende a sus hombres, hoy 20 de octubre se anuncia la muerte de quien dirigiera al sindicato de Pemex, Carlos Romero Deschamps durante largos 26 años, éste célebre personaje a sus anchas hizo lo que quiso en esa dependencia, como vender contratos interinos a miles de trabajadores, ofertar plazas, robar dinero a manos llenas, usar a su antojo los bastos bienes de los petroleros como hoteles, tiendas, ranchos. Los medios no dicen que fue bandido sino corrupto.
Lo peor es de que Deschamps, jamás realiza trabajo físico alguno en las diversas tareas de Petróleos, nuca se ensucia las manos. Lo más que llega a realizar fue acarrear leña en la casa de un dirigente sindical en Guanajuato, quien le consigue trabajo en esa importante dependencia, que se convierte en su gran oportunidad de enriquecerse, robar, sin dar cuentas a nadie, sin sufrir castigo alguno.
Hoy los medios defienden su memoria, no dicen que se distingue por la alta robadera que hace, con la cual logra adquirir mansiones no sólo en México sino también en los Estados Unidos. Adquirir costosos automóviles europeos, de producción limitada a uno de sus hijos. Una vida de lujo tremendo lleva Deschamps, su servilismo con todo mundo, le permite pagar viajes aéreos por todo el planeta a su hija, quien gusta llevarse a sus mascotas, a éstas las emborrachaba con caras bebidas, no se detiene en mostrarlos en tal estado, presumir lo que hacía con el dinero de papá.
Lo más “pesado” que realiza el señor Carlos, era cargar el portafolios de importantes dirigentes, estar presto para hacer mandados o dar recados. La prensa, radio, televisión no dicen que fue un gran ladrón desde la instancia que se supone sirve para defender los intereses, bienes, cuotas de los obreros. Se gana el favor del PRI, quien le nombra, dos veces como representante popular en el Congreso de la Unión. El favor no es de gratis, pues el secretario petrolero debe aflojar para una campaña presidencial, la del tricolor Francisco Labastida en el 2000, mil millones de pesos. El PAN aprovecha ese abuso para difundirlo, a don Carlos se le pone en capilla para castigarlo, pero al último el Congreso de la Unión lo perdona, gracias a que Margarita Zavala (esposa de Felipe Calderón), junto con otros “representantes” votan en contra de un merecido castigo hacia Deschamps.
El ladrón no se conforma con eso, pues se apropia también de 500 millones de pesos que estaban destinados para vivienda de los petroleros, esa “leve” falta también se le consiente porque aprueba en el 2013 una lesiva reforma energética que propone Enrique Peña Nieto, empeñado en destruir Pemex, donde se registra durante décadas, un inmenso saqueo de gasolina, el llamado huachicoleo que aún continúa. El saqueo llega al extremo de que en las mismas plataformas petroleras en el mar, se registra tal afectación para la economía del país.
Para que no se conociera tanto hecho delictuoso, realizado con la aprobación de las máximas autoridades de gobierno, la torre de Pemex es escenario de una explosión que nunca es aclarado, mueren personas, pero también el fuego destruye mucha información. Lamentablemente esa gran industria expropiada, nacionalizada en 1938 ha sido refugio de una despiadada pandilla de bandidos, que además la han dejado con una enorme deuda, por préstamos solicitados en el extranjero, miles de millones de dólares, inexplicablemente se han esfumado, sobre todo en los primeros años de éste siglo XXI, nadie, hasta hoy, sabe dónde se fueron, quién se apropió de los mismos.