Caro han pagado los michoacanos su clara rebeldía, fruto de grandes hombres como Hidalgo, Morelos quienes no sólo dijeron palabras, sino que actuaron de conformidad con las mismas, para terminar con 300 años de infeliz sumisión. En 1988 como un solo hombre y mujer Michoacán se la juega con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien junto al pueblo realizan la epopeya de derrotar por primera vez al PRI.
A partir de ese año, Carlos Salinas de Gortari sabía que no era bienvenido en la meseta purhépecha, tierra caliente, cañada de los once pueblos y región lacustre. Igual lo supieron Vicente Fox, Felipe Calderón Hinojosa, Enrique Peña Nieto que se ensañaron, con cuanto tuvieron a la mano, para destruir a la entidad. Los frutos de esa saña, agresión los podemos ver todos; pobreza, desempleo, salarios miserables, nulos derechos laborales, violencia, destrucción de sindicatos, como el de los maestros donde hay como diez expresiones, eso fue posible por la mano del gobierno, para hacer posible la reforma educativa de Peña Nieto.
La mano destructora de todo se puede apreciar mejor con lo siguiente: “En Michoacán, este año la sequía provocó la pérdida de unas 58 mil hectáreas de cultivo, principalmente de maíz y sorgo, lo cual dejó a 20 mil productores de temporal sin alimentos ni bienes para vender en el mercado. Las presas apenas se llenaron a 60 por ciento de su capacidad.
La aridez se explica por la sobrexplotación de los recursos hídricos, su desvío para el cultivo de aguacate o berries, por la desforestación para extender las áreas de siembra de esos productos. Cada año se pierden entre 1 200 y mil 500 hectáreas de bosque a manos del aguacate, y hasta 18 mil hectáreas son destruidas anualmente por incendios forestales intencionados. En las afueras de las ciudades de Michoacán, se destruyen bosques para construir urbanizaciones, más destinadas a la especulación inmobiliaria que a satisfacer necesidades de vivienda en la población.
Por si no bastará lo anterior la gente se muestra desalentada por el actuar de todos los partidos políticos, interesados sólo en incrustar en los ayuntamientos a sus favoritos para salvarlos del desempleo; descaradamente se venden puestos burocráticos en el cabildo, desde 500 mil pesos. Predomina la corrupción. Los principios, fines, ideario de los mismos institutos se ignoran por parte de un reducido grupo que ven al noble oficio de la política, como la oportunidad de no hacer nada como senadores, diputados locales o federales, gozando de altos salarios o privilegios. El pueblo ha sido abandonado, ninguna lucha, problema, demanda de justicia es apoyada por las dirigencias partidarias dizque para “no agudizar los problemas”. Los mismos políticos michoacanos del partido guinda, se resisten a soltar los huesos que llevan royendo desde hace décadas, nuevamente se presentan como candidatos cínicamente, sin jamás haber consultado al pueblo para ello. Gente de Morena que nunca ha tomado un gis en sus manos, hoy presumen de ser máximas autoridades de sistemas educativos. (RRF)