El 5 de abril, nuestra embajada en Ecuador sufre una violación de parte del gobierno de Daniel
Noboa Azin, quien ordena el ingreso de policías, camionetas blindadas para aprehender al
ex vicepresidente de ese país Jorge Glas, quien había solicitado asilo político en la sede diplomática
mexicana, tras haber sufrido años de cárcel.
El pretexto fue que Jorge Glas era un delincuente común, acusado de apropiarse de recursos
económicos, que se brindan a esa nación, al sufrir serios daños por terremotos. El hecho a todas
luces es injustificable, pues se rompe con acuerdos internacionales que siempre han considerado a
las embajadas, como espacios soberanos que de ninguna manera deben ser pisoteados, agredidos.
Quien se opone a éste hecho inaudito, que rompe con una armonía que debe prevalecer entre
todos los países del orbe, es el jefe encargado del cuerpo diplomático, quien inútilmente trata de
que el exvicepresidente sea secuestrado.
Ecuador es motivo de una atención mundial por varios motivos uno tiene que ver con los dos
sucesivos gobiernos que preside Rafael Correa, donde colabora Jorge Glas, Correa reduce la
pobreza, pone su administración al servicio del pueblo, se destaca por efectuar una tarea de
colaboración entre todas las naciones de la parte Sur del continente. Pero internacionalmente,
Ecuador tiene los reflectores debido a que en su embajada de Londres, da asilo al periodista Julian
Assange, quien da a conocer al mundo, 700 mil notas de información, donde se descubre hechos
criminales de EUA en Irak, donde desde un helicóptero se elimina a dos periodistas y varios civiles.
Lo anterior por supuesto que irrita de sobremanera al gobierno americano, pues exige, después
de que le retiran la protección diplomática a Assange y ser encarcelado, el que el periodista sea
llevado a EUA para ser condenado, pide su extradición. Con los cables de Assange muchos
tiemblan, por lo que se descubre, por ejemplo, en México, gracias a esa información que se
resguardaba como un gran secreto, se sabe cómo el exembajador norteamericano Tony Garza
colabora en el 2006, para ayudar a Felipe Calderón Hinojosa a ocupar un puesto que gana
ilegítimamente; para borrar un fraude monumental, por segunda vez se queman todas las boletas
usadas en ese proceso electoral. La primera vez fue cuando se decide borrar todo lo relacionado
con las elecciones de 1988 donde a la malagueña Salinas arrebata el triunfo a Cuauhtémoc
Cárdenas. Y quien lo fuera a creer, quien trata de abrir los paquetes custodiados en el Congreso de
la Unión, para saber la verdad es Diego Fernández de Cevallos quien debe retroceder al ver los
fusiles de asalto de los militares que resguardaban las boletas. (FRR)

Compartir: