Fidel Rodríguez Ramos
En el peor momento, dando un pésimo ejemplo como seres humanos, la perversidad, el egoísmo, la ignorancia cubre los corazones de unos cuantos que desean, y ruegan, porque mueran, a causa del COVID-19, millones de niños, jóvenes, adultos, mujeres, ancianos.
Para esa minoría, que desea contagiar a los demás con su pesimismo, no existe tal epidemia, todo, según ellos, es un invento, un engaño de no se sabe que oscuras fuerzas. A nada han hecho caso, ni a las autoridades de salud mundial, ni al máximo representante del catolicismo en el planeta que humildemente sugirió entregar todo lo que se gastaría en armas, para encontrar una vacuna salvadora.
Ignorando lo que significa la palabra tregua, rabiosamente una minoría que se dice ofendida, culpan de lo que está sucediendo a nuestras desconcertadas autoridades de gobierno, que nadie puede negar, dieron palos de ciego durante los primeros días en que empieza a desplegarse el mal desde China.
Ese desconcierto, aceptémoslo, con obras se trató hasta hoy de remediarse. ¿cómo los podemos condenar cuando Italia, España, Inglaterra, EUA, Francia sufren estragos en todos los aspectos de su vida?
Nuestros ¿grandes empresarios?, los cínicos expresidentes, celebridades como Carlos Marín, Héctor Aguilar Camín, furiosamente nos pusieron la muestra para atacar despiadadamente, a un gobierno que elegimos treinta millones de mexicanos. Ellos insultaron, y continúan haciéndolo, al grado de que sus simpatizantes llamaron “perro” a López Obrador. ¿Eso se merece nuestra profanada Patria?
Lastima que mujeres como Lily Téllez no sepa el significado de traición, nosotros, quienes votamos por MORENA la hicimos senadora y hoy es flamante representante del PAN, valiente, reclama absurdamente las muertes que provoco el COVID-19 acusando a Hugo López Gatell de ser el causante de las mismas en México, apaleado a más no poder desde hace largos cien años. ¿Dónde queda nuestro sentido común?
Pese a no comulgar con pasados gobiernos, jamás se ofende al doctor Jesús Kumate Rodríguez, una eminencia en epidemiologia; al médico Guillermo Soberón, que recién acaba de fallecer, profesionales que fueron cercanos al poder.
Más que enemigos de Obrador, los enemigos de la humanidad, ruegan porque no se halle el alivio para la segunda reaparición de un virus que ha desconcertado a los doctores de TODO el planeta. Cuanto no aplaudirán por los errores, fallas que NATURALMENTE suceden cuando se prueban nuevos medicamentos. ¿Cómo se reirán, festejaran de las consecuencias en su salud de quienes heroicamente dejan que se prueben los nuevos antibióticos en sus cuerpos?
Lo acepto, hoy por el FRENA (Frente Nacional Anti-AMLO), por los diez gobernadores en rebelión, por los conductores de noticiarios en televisión no siento odio, sino un sentimiento de compasión por sus estrechas miras, criterios para entender lo que es una tragedia mundial que ha terminado con millones de empleos, que ha aumentado la desesperanza de nuestra juventud que ha visto la posibilidad de que se cancele su futuro.
Humildad acabamos de ver este 13 de octubre, cuando vimos la firma que estampan diversas personas para tratar de hacer llegar próximamente a los mexicanos, más de cien millones de vacunas, que creo es la esperanza salvadora.