Fidel Rodríguez Ramos

El ejército profesional de Porfirio Díaz en un corto tiempo es derrotado en 1911 por el pueblo, Francisco I Madero seguramente se asombró por la facilidad para llegar al gobierno, sin embargo, las mismas fuerzas que derrotó, pudieron reorganizarse, olvidaron que fueron tratados como amigas y llegaron al asesinato del mártir de la democracia.

Lo anterior muestra lo difícil que resulta mantenerse en el gobierno, como hoy lo está Obrador, sus enemigos han llegado al extremo de ignorar las reglas que debían respetar, antes y después de las elecciones, normas referidas a la democracia, donde todos los partidos asumen la responsabilidad de perder o ganar. Los que perdieron, dan un puñetazo al tablero de ajedrez y exigen la renuncia del legítimo presidente, legalizado por el voto de treinta millones de ciudadanos, sin olvidar la simpatía de otros millones de niños, adolescentes hacia el necio candidato que debió luchar tres veces para llegar a ocupar la silla presidencial, que un día los revolucionarios de Zapata deseaban quemar para evitar los tantos pleitos en el sufrido México.

Los enemigos de Obrador se irritaron porque se acabó, el menos en este sexenio, la práctica de entregarles, enterito, todo el presupuesto anual para realizar diversas obras materiales que resultaban ser un verdadero fraude, robo descarado, hospitales inconclusos, boquetes en las autopistas.

El enojo resurge cuando el gobierno no acepta asumir una nueva deuda solicitada a organismos internacionales, miles de millones de dólares para “salvar” medianas y pequeñas empresas. Un pequeño grupo de supuestos empresarios ya se habían adelantado por la libre para poner un nuevo grillete a la cadena que representa una desproporcionada deuda que en el 2021 nos arrancará setecientos mil millones de pesos, como pago de intereses; más de lo que se gastará en educación y salud, con esa sangría es difícil pensar en la posibilidad de desarrollarnos, salir adelante.

Varios gobernadores, quizás quince, desean formar un nuevo país, su disgusto con el presidente es por el gasto de la nueva refinería, el valor se les perdió cuando Felipe Calderón, comenzó una sin terminarla en Tula, Hidalgo, para el señor Calderón cero crítica, hoy respingan muchos importadores de gasolinas, miles de millones de dólares se compran en EUA, si Dos Bocas tiene éxito, adiós ganancias.

Igual critican el Tren Maya, pero olvidaron hablar, protestar cuando Peña Nieto da también el banderazo para hacer un fallido ferrocarril en Yucatán, nadie dijo esta boca es mía. ¿Cuánto perdimos con el negocio también fallido del nuevo aeropuerto en Texcoco, una obra faraónica, un desperdicio que vamos a recompensar a empresarios extranjeros por quien sabe cuántos años?

Con el Tren Maya se habla de agresión a la naturaleza, pero ¿qué hemos hecho ante la devastación, destrucción de corales, arrecifes, manglares, selvas por parte de empresarios franceses, norteamericanos que a sus anchas se enriquecieron -antes del Covid-19- con sus hoteles de lujo, apropiándose playas paradisíacas, donde uno ni por curiosidad puede asomarse?

Claro que muchas cosas siguen igual o peor, difícil cambiar con décadas de cinismo, robo, envenenamiento de tierras. Seguimos tolerando a un poder legislativo incapaz, voraz que no tiene llenadera, diputados, senadores que hasta hoy han servido de prácticas tapaderas, sin tener el valor de recordar a gobernadores, presidentes municipales, secretarías de gobierno su obligación de manejar y rendir cuentas de los recursos que manejan; vergonzoso que hoy nuestra Universidad Michoacana esté sin fondos para pagar a sus maestros y trabajadores.

Un insulto a los mexicanos es saber que en el 2021 se darán trescientos millones de pesos EXTRAS a los diputados de la Ciudad de México, mientras no hay interés por indemnizar a los papás de los 49 niños que murieron en las llamas, en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, administrada por una prima de Margarita Zavala esposa del entonces presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa.

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