Fidel Rodríguez Ramos

         Ernesto Zedillo Ponce de León, pronto olvida que vivió un tiempo de pobreza, que debe esforzarse como aseador de calzado, para salir adelante en sus estudios con puro diez.

    Como presidente en 1994, traiciona la palabra del Estado, empeñada en dar una tregua, seguridad al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que declara la guerra a Salinas de Gortari. La nación, la comunidad internacional exige un alto al fuego, el diálogo para encontrar la paz. Indignamente Zedillo, en secreto, ordena aprehender a la dirigencia guerrillera indígena, el acto canallesco fracasa. Sin embargo en su mandato sucede la matanza aborigen de Acteal, Chiapas, decenas de mujeres, hombres, niños son masacrados cuando oraban, el hecho criminal, por supuesto, sigue sin castigo o detenido alguno de los autores materiales o intelectuales. Este hecho se denuncia a los tribunales internacionales de derechos humanos.

     Siguiendo la línea de Salinas, vende gran parte del sistema ferroviario, a empresas norteamericanas. Lo indigno de este hecho, es de que al terminar como presidente, humildemente solicita chamba al consorcio americano como garrotero de tren.

   Vicente Fox consiente que desde su rancho guanajuatense, en una visita de Estado que realiza el presidente de Estados Unidos, George Bush ¡declare la guerra a Irak!. Su gobierno es una desilusión, la gente no conoce cambio alguno; derrocha miles de millones de dólares que Pemex había obtenido como ganancia en la venta de millones de barriles de petróleo.

   Permite que los hijos de su pareja, Martha Sahagún se enriquezcan con la compra de miles de créditos vencidos del INFONAVIT, que después revenden a mayor precio. Esos vástagos además realizan operaciones fraudulentas en perjuicio de Pemex, a través de la compañía Oceanografía.

   Salvajemente reprime a la población de San Salvador, Atenco, en el Estado de México, impone una pena carcelaria de más de doscientos años al comunero Ignacio del Valle. Detiene a varias mujeres del lugar, a extranjeras que se encontraban ahí, quienes sufren atentados sexuales mientras eran conducidas a prisión por los cuerpos policíacos. Las extranjeras ese acto lo denuncian a instancias internacionales, la descomunal agresión que provoca dos muertes de jóvenes, Fox la realiza como  venganza, al lograr Atenco la no construcción de un aeropuerto y evitar la pérdida de sus tierras. Al dejar el cargo presidencial, como burla a esa alta investidura, ofrece por internet cantar las mañanitas a quien se las solicite por módicos cinco mil pesos, alegando que eso lo debía hacer por vivir en una miseria espantosa.

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