Fidel Rodríguez Ramos
Tomarse un refresco de la marca internacional Coc.. de seiscientos mililitros equivale a doce punto cinco cucharadas cafeteras de azúcar, siendo que la cantidad de azúcar máxima tolerada para un adulto es de cinco a siete cucharadas para todo un día.
Lo anterior no lo sabemos, pero cuando en la noche empezamos a sentir un fuerte palpitar del corazón, sintiendo temor de cerrar los ojos porque creemos morir, ni remotamente lo asociamos al abuso que durante años hemos cometido, tomando a la menor provocación lo que en un tiempo se anunciaba como “la chispa de la vida”, tanto refresco tiene como resultado en nuestro organismo la llamada hipertensión arterial, una fuerte presión en las venas.
Más terrible es que tal líquido se los llevamos a la boca de millones de niños, ese perjuicio inocentemente, sin darnos cuenta lo cometemos los adultos, haciendo que los pequeños sufran caries, obesidad y con el tiempo la maligna diabetes. También como si nada, toleramos que los infantes vayan a la tiendita de la esquina a comprar lo que una autoridad de salud bautiza como “veneno embotellado”.
En las montañas más alejadas, en las comunidades más remotas podrá faltar la fruta, las verduras pero nunca la famosa marca de refresco obscuro internacional. En Chiapas donde abunda, todavía, el agua, los refrescos de la Coc. son infaltables, en toda fiesta, reunión o celebración. Hasta uno cuando anda laborando fuertemente siempre tiene a la mano, bien frío, la mortífera bebida para “aguantar” la jornada.
La publicidad, que debemos pagar los consumidores, ha sido efectiva, somos el número uno en el planeta, medalla de oro, en el consumo de refrescos, cada día, fácil, metemos a nuestro organismo medio litro. Muchos no toman esos líquidos pero eso lo compensan los que se avientan hasta cuatro durante todo el día. Hay personas tan enviciadas que si toman agua pura, sufren de fuertes diarreas, dolores estomacales. Se asegura que el covid-19 más fácil se llevó a los que tenían una pésima alimentación, la afición a la azúcar que es una de las DROGAS más poderosas que la mariguana y la cocaína. Ignoramos que es más saludable beber agua de Jamaica, limón, naranja y hasta más económico tomar agua de alfalfa, chía, pepino.
Como se reirán de nosotros esas empresas trasnacionales, poderosas que además saquean, ante la vista de todos, millones de litros del precioso líquido subterráneo. La Coc..tiene 46 concesiones en el país de explotación de esas aguas, pagando al año, por cada una de ellas, la fantástica suma de ¡dos mil seiscientos pesos al año!. Carcajadas se han de aventar por ese robo tolerado por todas las autoridades, y tan sólo en el 2007 los decididos, audaces, emprededores empresarios se llevaron la suma de treinta dos mil quinientos millones de pesos como ganancias. ¿Se acuerda usted amable lectora, lector que nuestro expresidente Vicente Fox fue gerente de la empresa que hoy citamos, muchos no sabemos que desde ese puesto a sus amigochos refresqueros en bandeja de plata les regala el permiso para que libremente abusen de nuestros mantos acuíferos. Hoy esa empresa desea tumbar al actual Presidente.