Fidel Rodríguez Ramos
Pero nuestra sociedad mexicana desea vivir en paz, pues bastante daño ha causado la muerte, desaparición de miles de personas, esto nos ha llevado a valorar la vida humana, por encima de todo, pues seguramente todos hemos sido afectados, nos vemos con desconfianza, pensamos mal de quien ostenta una espontánea riqueza, sabiendo lo difícil que es hallar trabajo, buenos salarios o prestaciones.
Tanta muerte no ha sido en vano, a raíz del reciente, despiadado ataque sobre dos sacerdotes en Chihuahua, hubo un clamor éste diez de julio en todos los estados, promovido por la iglesia católica, y debemos reconocer que estamos de acuerdo sobre la necesidad de actuar unidamente ante lo que se considera un monumental problema que ha rebasado a todas las instancias de gobierno, éstas, debe reconocérseles han hecho lo que humanamente han podido, pero la falta de recursos, medios, preparación profesional ha motivado un fracaso, pues se sigue viviendo en lo que prácticamente es un escenario de guerra, ni siquiera en Vietnam se padeció el infortunio que hoy conocemos, a pesar de que esa nación asiática se enfrenta a la nación más poderosa del planeta, los Estados Unidos de América.
Y si, se requiere una participación general, los medios de difusión deben valorar sobre el absurdo de seguir propagando la violencia a través de corridos, series de programas donde se alaban las prácticas de quienes se involucran en el fabuloso negocio de la venta de drogas, hace 17 años se movía un mercado de las mismas en el norte de México y sur de los EUA, que generaba 18 mil millones de dólares anuales. Por eso no fue raro oír en una escuela secundaria a un adolescente expresar, ante la pregunta sobre que le gustaría ser el día de mañana: “pues andar en ese negocio”.
Una idea sobre los montos, cantidades que hoy se mueven alrededor de lo anterior, puede imaginarse cuando un reconocido narcotraficante pedía lo dejaran libre después de ser aprehendido, comprometiéndose a pagar, así lo afirma, la monumental deuda externa de México. La exigencia de poner un alto a una calamidad que ha destrozado la vida de millones de gentes, se ha acentuado desde el gobierno en el año 2000 de Vicente Fox, quien ahora promueve la industrialización de la mariguana. Durante el gobierno de Obrador cuando dirigía la actual Ciudad de México, se conoce la salida, manifestación de miles de personas que exigen un alto a la brutalidad que no es fácil de aclarar por los muchos intereses que giran alrededor de la misma, que poco a poco se van conociendo.