Por: Martín Servín Escobedo
Lo que era esperanzador para la afición michoacana con el nuevo equipo Atlético Morelia en la llamada Liga de Expansión, se convirtió en algo desilusionante.
Todo comenzó con las promesas del actual propietario del club, el Sr. José Luís Higuera. Se jactó de decir que invertiría en el equipo y que lo haría competitivo.
De entrada y lo que a algunos nos parecería algo simple, tienen el césped de la cancha en estado reprobable, al principio comentó Higuera que estaba en mantenimiento y que al inicio del torneo quedaría listo, situación por demás evidente que no se le ha dado el tratamiento adecuado.
Pero bueno, dejemos de lado la cancha, lo más lamentable es lo futbolístico, donde en todas las líneas se ven errores y falta de capacidad de los jugadores. En la portería se observa a un chamaco que con todo respeto no tiene ni siquiera el porte de jugador de fútbol, mucho menos capacidad para ese puesto.
En la defensa no se aprecia coordinación entre ellos, y si no hay seguridad en el marco, por lógica cualquier jugada del rival termina en gol.
Los delanteros se nota que tienen carencia de técnica al momento de definir. No sé si en los entrenamientos practiquen los remates al marco o de plano no tienen las aptitudes para ello, lo cierto es que fallan jugadas claras.
La afición es muy noble y apoyan con todo, pero todo tiene un límite y ya se ven protestas en las redes sociales, situación que les ha molestado a los jugadores y directivos.
Se escucha que dentro de la institución existe tráfico de influencias para que se incluya en el cuadro titular a algún determinado jugador, lo que tal vez sea el origen del mal desempeño del equipo.
Apenas van 4 jornadas, ojala con el paso de las semanas el cuadro se vaya afianzando y mejore su desempeño. Recordemos que por dos o tres años seguidos no habrá ascenso por lo que hay el tiempo suficiente para armar un buen equipo. Todo depende del interés que demuestren los dueños, y que en verdad se note que quieran que el equipo trascienda.
Hasta al momento, a Higuera y compañía pareciera que les importa más la venta de playeras, que por cierto la afición ha respondido de buena manera adquiriéndola desde el primer día que la pusieron en venta.
Otra promesa no cumplida es la creación de una filial del club en Pátzcuaro, que sería en la Tercera División. Pero aún no se sabe que haya alguna convocatoria de visorias en la ciudad.
En fin, puras promesas no cumplidas.