Fidel Rodríguez Ramos
Martín Andrade Rodríguez
(1957 – 2009)
Cuando le entregan la Presea al joven Martín, yo esperaba su llegada en el Teatro Emperador Caltzontzin por la tarde, en las escalinatas de ese recinto donde se efectuaría una reunión de Cabildo para formalmente decidir a quién se le honraría con tal premio en el año de 2004.
Fijo mi atención a la Pila del Torito donde en procesión festiva caminaban el artesano próximo a ser galardonado, las autoridades patzcuarenses y detrás de ellos una banda de viento, en el cielo estallaban los infaltables “cuetes”.
Lo salude antes de que pasara al inmueble. Recordé su sencillez, su nula inclinación por la afectación, al humilde hijo de la comunidad indígena de San Pedro Tzurumútaro, a su progenitor albañil y músico, Víctor Andrade García a su mamá María de Jesús Rodríguez Diego. Su vida fue novelesca, recorre el país con un circo, donde aprende varios actos que después realizaría en diversas comunidades de la región, pues con su hermano Joel, su cuñada Blanca y con el entonces profesor Luis Domínguez de Tzintzuntzan organizan actos cívico-cultural, artísticos para invitar a sus pequeños públicos a iniciar o seguir sus estudios escolares.
Sería en los Once Patios donde expertos en el decorado de maque, quienes le confían secretos prehispánicos para decorar bateas, guajes, baúles, estuches primorosamente decorados con esmaltes de laca, laminillas de oro que cubren filigranas de flores, arabescos interminables, mariposas y colibríes.
Esa fue su pasión, su dedicada labor que encuentra espacios en varias partes del país, para que su obra michoacana sea conocida en ferias y exposiciones. Pronto viaja, varias veces, a los Estados Unidos apoyado por la Casa de las Artesanía de Morelia.
Sus esfuerzos propician que en 1988 se le otorgue el Premio Nacional de Artesanía que feliz lo comparte con sus tíos Fidel Rodríguez Diego y Amelia Ramos Alcántar. Ese logro propicio que el gobierno federal le encargue la confección de una batea que especialmente se le regala a la reina Isabel II de Inglaterra durante una visita oficial a México.
Contento nos compartió que una comitiva de artesanos P´urhépechas estuvieron en Venezuela, dando a conocer una pequeña parte de nuestra cultura en varios “stands”, al final llegó el comandante Hugo Chávez y por decisión de sus compañeros, colegas le pidieron a Martín expresara unas palabras en agradecimiento a ese país hermano por su hospitalidad y gentileza.
Afortunadamente quienes le sobreviven, su esposa María Gaona Gama, sus hijos Martín y Tarsicio que siguen practicando ese oficio artesanal que tanto admirara, Tata Vasco. Otros vástagos: Jesús, Dulce, Elena, Itzel, Yetlanetzy, Tlahuiscal que realizan otras actividades.