“Sí me lo pide la gente los quitaremos de las vías”: Gobernador del Estado

Fidel Rodríguez Ramos

En nuestra entidad, como en todo el país, prácticamente con sangre se gana la oportunidad de ser maestro, así lo demuestran diversos ataques, agresiones desde hace decenios contra normalistas y hacia los centros que los forman, de las instituciones que son fruto verdadero de la Revolución de 1910.

Por ser una profesión de Estado, quienes salían de las normales automáticamente obtenían una plaza base, una seguridad en el empleo después de seis meses un día de trabajo. Por mucho tiempo fue la única alternativa que tenían para desarrollarse los hijos de obreros, artesanos, campesinos y jornaleros.

Sin embargo, a partir de 1990, abiertamente voces reaccionarias pidieron su desaparición, convertirlas en escuelas de turismo, por considerarlas centros de subversión y agitación social. Ya en el 2009 en el estado tarasco en un comunicado de la Secretaría de Educación en el Estado, publicado en La Voz de Michoacán se hizo una advertencia en la convocatoria para ingresar a las normales: “A partir de este año no se adjudicarán plazas automáticas a quienes terminen. De hoy en adelante se contratarán docentes atendiendo a los espacios donde hagan falta. Dependiendo de los recursos económicos disponibles en la administración estatal”.

Con presiones, marchas, bloqueos, toma de instalaciones a partir de ese año se logra el ingreso al servicio de cientos de egresados. En Michoacán la lucha se vuelve más cruenta para hacer realidad un derecho ganado por anteriores generaciones con múltiples sacrificios, pues en el gobierno priista de Fausto Vallejo se invaden las normales, con maquinaria pesada empiezan a derribar las bardas de Tiripetío; la normal indígena de Cherán es invadida con policías y helicópteros de alta tecnología, silenciosos. En Morelia las mismas oficinas sindicales son ocupadas por las fuerzas de seguridad deteniendo a líderes sindicales.

En un supuesto accidente, mueren varios docentes cuando un tráiler cargado de chapopote se impacta contra la caseta de peaje de San Ángel Zurumucapio, ocupada por hombres y mujeres que protestaban por la implementación de la reforma educativa promovida por Peña Nieto y apoyada por el PRI-PAN-PRD. Todo el país hizo causa común con los maestros para impedir una punitiva evaluación que despidió a decenas de maestros; en Michoacán se llega al extremo de transportar por vía aérea a quienes se sometieron a un inconstitucional examen.

La derrota del PRI frente a Obrador es posible por el repudio de los maestros, profesoras al salvaje gobierno peñista. Andrés Manuel López Obrador llega al gobierno, condicionado a seguir aplicando la reforma educativa vigente en todo el planeta que deja en el aire, en la inestabilidad laboral a los egresados p’urhépechas de normales en el 2019 y 2020, para ellos simplemente, por disposición federal, estatal no hay plazas automáticas, menos si los jóvenes no aceptan una amañada evaluación.

Oportunistamente se promueve de nueva vez la división de la Sección XVIII, el Estado mete su mano para ganar: El no dar empleo a los normalistas que terminan; acabar con las normales al no ser ya una opción llamativa; la aplicación de la reforma cuando el único estado que se resiste a aceptarla es el de los purépechas y lo más condenable usar la división para impedir el triunfo de Morena en los próximos comicios para nombrar nuevo mandatario estatal, pues se sabe que el magisterio es pieza clave para influir en los millones de habitantes.

La Sección XVIII está pulverizada, dividida en cinco facciones, quien pierde es la sociedad pues con esa realidad difícilmente podrán recibir los educandos una buena preparación. ¿Qué hacer? Pedir justicia para los jóvenes egresados y respeto, apoyo verdadero a las normales, recordemos sin verdadera educación no hay progreso alguno, palanca de desarrollo económico, político y social. AMLO, nuestro gobernador tienen la última palabra.

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