Fidel Rodríguez Ramos

Lorenzo Córdova Vinielo es el director del Instituto Nacional Electoral (INE), y a él, por su delicado trabajo quizás, recién acaba de recibir un aguinaldo de quinientos mil pesos, eso es pequeño pecado frente a una burla que hace a un representante indígena de San Luis Potosí, sin imaginar que lo estaban grabando.

Las expresiones causaron asombro, por la forma tan grosera, racista, remedo que hace a una autoridad aborigen que le plantea la necesidad de que lo tomara en cuenta para organizar elecciones en un territorio donde tenía influencia.

Córdova entre risas arremedaba: “Yo Toro Sentado pido a ti tomes en cuenta para trabajos en mi tribu”. A quien le compartía esos chuscos comentarios, se debatía en medio de la risa, llevando sus manos al vientre, como si se tratara de algo digno de celebrar.

Lo curioso es de que a pesar de esa ofensa a los más de seis millones de indígenas en el país sigue en el cargo, dando de qué hablar. Ahora pretende callar al Presidente Obrador, suspenderle las mañaneras, porque supuestamente ofende, con sus comentarios, a los moribundos partidos irreconocibles, que prácticamente no hicieron nada en el 2020, los diputados de esos institutos, desvergonzadamente ahora ¡pretenden repetir en su cómoda chamba!, donde lo único que hacen es gastar saliva para gritar en contra de todo lo que hace el solitario de palacio nacional, valiéndoles gorro, mostrando su ignorancia, aquella demanda que dio origen a la Revolución de 1910 “Sufragio Efectivo no Reelección”.

Es increíble lo que hoy realizan los partidos para que volvamos a creer en ellos, ¿quién va a votar por un morenista en Guerrero acusado de violación?. Quizás a excepción de los verdaderos seguidores de Obrador, nadie en los partidos creía en la posibilidad de tener una vacuna, un antígeno para el virus que está destruyendo miles de negocios restauranteros, para esto que nos duele y preocupa a todos a ellos simplemente no les importa, ahorita están en la grilla para ver quien es diputado, presidente municipal o gobernador.

Hoy patalean, muestran su coraje ante la posibilidad de que desaparezcan institutos autónomos que no han servido para nada, como la Comisión Nacional de Derechos Humanos a quien anualmente se le dan dos mil millones de pesos para operar, ese órgano no acepta, a lo mejor porque no es derecho el acceso, estabilidad en el trabajo, demandas donde se exija arreglar demandas laborales, menos agresiones a mujeres o estudiantes abatidos a balazos ante la vista de todo mundo.

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