Sin mucha tela de donde cortar

Fidel Rodríguez Ramos

Así como la reaparición del Covid-19, que puso en la lona a todos los partidos políticos, quienes al menos ya no nos dañaron tanto por estar inmovilizados, así el combate al mismo, la aparición de una propuesta de vacuna puso nuevamente en el primer escenario al solitario de Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador, a su canciller Marcelo Ebrard y al doctor Hugo López Gatell, ellos tres han capitalizado la atención de México.

Solamente así se explica la unión, antinatural, del PRI, PAN y PRD para, supuestamente derrotar a un tigre de papel conocido como MORENA, la gente que votará, si es que lo hace, lo hará pensando en El Peje, los que más lo odian dicen que ya está muy viejo, esos críticos seguro que de haber vivido en el tiempo de la Independencia no hubieran estado, por su edad, al lado de Hidalgo, simpatizarían seguramente con el joven apuesto Agustín de Iturbide. Los partidos, eso son, partidos por su intrascendencia, por su lejanía con un desconcertado pueblo que ha tenido que apechugar  los múltiples errores de sus gobernantes, de la mayoría, que simple y sencillamente no supieron que hacer para enfrentar un virus que los puso a prueba, todavía en los medios se sigue culpando al gobierno federal, a las autoridades de salud de ser los responsables de las muertes sufridas por la epidemia, hagan pruebas, gritan, exigen sin saber si hay o no dinero para comprarlas y aplicarlas.

Los partidos no hicieron nada, y no tienen en realidad la culpa, lo mismo sus gobernadores (porque nunca después de ganar aceptan que deben de servir a todo el pueblo, olvidar su instituto de procedencia), diputados, senadores, presidentes municipales pues nadie imagino la contundencia de ese azote que puso boca arriba a los gobiernos de España, EUA, Francia, Alemania, Inglaterra.

Los partidos de la derecha, sólo esperan hoy la realización de un milagro para que la gente, altamente irritada, vote por ellos. El pueblo, ni de chiste, votará por personas, votará por partidos. Por eso en Michoacán, los morenistas, rápido se unieron para definir una lista de candidatos que impondrán al candidato oficial pejista a la gubernatura, listos y movidas, los morenos, morenas que confortablemente, sentaditos “trabajaron” arduamente algunos minutos, para anotar a los posibles ganadores de huesos sin hacer nada, ¿para qué consultar al pueblo, a las bases partidarias por las cuales sienten un profundo desprecio, al grado de que los triunfadores se sienten algo diferente a lo que creen es la chusma? ¿eso será la democracia? ¿ese accionar ayudará a salir del atraso político en el que estamos vergonzosamente?

Que suave, dirán: “tenemos al Peje, Ebrard, Gatell, Claudia Sheinbaum haciéndonos la tarea. ¡Ahhh! Que bonito es la polaca, “trabajar” por el pueblo”. Esperando altas recompensas por sacrificarse tanto. En Michoacán, al cuarto para las doce aparece la candidatura de quien fuera un valiente autodefensa, Hipólito Mora, quien junto al doctor Mireles, Papá Pitufo se jugaron el pellejo para combatir junto al pueblo las muchas ofensas, crímenes que se les hacían en la llamada tierra caliente.

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