Fidel Rodríguez Ramos

       Debería preocupar a los Morenistas  el que la gente no los tome en cuenta, que sepa que en ese instituto prácticamente no se ha hecho nada para difundir los delicados momentos que vive el país, que ellas y ellos hayan ignorado  su obligación, de promover la participación política cotidiana de la gente, que ha quedado fuera  para elegir a sus candidatos, para no permitir el regreso de quienes estuvieron a punto de destruir por completo al país. En la llamada Esperanza de México, de los pobres, una minoría  se  ha encaramado, adueñado de un instituto formado con múltiples sacrificios, ésta ha alejado a la militancia, a los simpatizantes proponiendo las llamadas encuestas para “saber” quienes serán los prospectos para competir, las consultas, mañosamente   siempre se han manejado al gusto de quienes las pagan, la torpe medida ha desilusionado a la gente, que con razón dice que entonces para qué sirve la soberanía, el poder que reside en el pueblo, en cada persona o ciudadano.

     La gente sabe que el Movimiento de Regeneración se ha convertido en una agencia más de empleos, en un río revuelto donde cualquiera puede acceder a una ganancia, ahí todo se ha ignorado, como defender a la Patria, a sus recursos naturales, a la necesidad de terminar con tanto robo y saqueo descarado que ha parecido no haber tocado fondo todavía.

     Los Morenistas, plácidamente esperan, creen que se volverá a repetir el escenario del 2018 y no saben que para mucha gente el partido es ignorado, es desconocido, al grado de que exigen a López Obrador que se defina por la cuestionada candidatura de Morena en Guerrero para ganar la gubernatura, es preocupante que ello se conozca, sabiendo que a quien tocaría decidir sobre esa lamentable candidatura es a la militancia que brilla por su ausencia, y no porque falten deseos de participación, sino porque los jerarcas han decidido seguir el camino de los demás partidos que han secuestrado, manipulado esas instancias para negociar presidencias municipales, gubernaturas, diputaciones o senadurías, haciendo de la contienda electoral una vil simulación.

      ¿Acaso consideran en Morena que volverán a llevarse el carro completo?, cuando ni siquiera hay una mínima organización, una falta de trabajo con la gente, una entrega exigente que obliga a olvidarse de muchas cosas y comodidades, en política no hay milagros sino  sacrificios, y estos no los hay, existe un oportunismo, falta de integración, compartimiento de principios de cambio, demostrado por ejemplo en Pátzcuaro,  cuando hay más de diez candidatos, candidatas que esperan “ganar” una representación urgente cuando no hay nada que los respalde.

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