Fidel Rodríguez Ramos

   En el momento en que hace falta la definición de importantes situaciones, como la vuelta a clases presenciales para el próximo treinta de agosto, el gobernador prefiere ir de paseo a los Estados Unidos de América, visitar California, Washington, entrevistarse con gente del partido de Joe Biden, acudir a la Organización de los Estados Americanos (OEA) para dejar una demanda, denuncia sobre las pasadas elecciones, donde asegura que gentes del narcotráfico influyeron para que Alfredo Ramírez Bedolla se alzara con el triunfo, donde pedirá el que una comisión de derechos humanos venga a investigar a las tierras p´urhépechas, la tensa, delicada situación que vivimos millones de gentes.

    Dinero no hay para pagar a treinta y tres mil maestros y maestras estatales, para saldar salarios atrasados de policías, a docentes que atienden el telebachillerato, pero para sus faraónicas excursiones si lo hay. Nuestro mandatario da pena ajena, primero en la ciudad de México, donde su alta investidura se degrada haciendo, sentado en un banquito, antesala durante horas, frente a Palacio Nacional, para tratar de ser recibido por la persona que abiertamente repudia, detesta ¡por no venir a arreglar los asuntos en Michoacán que sólo a él le competen, porque para eso miles de gentes lo eligieron!

   El partido del gobernador, sale a su defensa, en vez de invitarlo a no seguir haciendo ya más desfiguros, a tratar de tener una salida digna de su gobierno que se distingue por una continúa batalla contra los educadores, indígenas de Ihuatzio y Arantepácua. El mandatario no sabe que representa a una entidad histórica, donde Morelos, Melchor Ocampo, Francisco J. Múgica, Lázaro Cárdenas del Río, Natalio Vázquez Pallares escribieron las más bellas páginas de la nación mexicana.

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