Fidel Rodríguez Ramos
Cuando redactamos estas líneas, treinta mil maestros de ésta entidad no habían recibido su pago quincenal, después de cuatro días, ese hecho nos muestra el desentendimiento por parte del gobernador, que se ha distinguido por no cumplir su palabra, la que da para estar los seis años actuando para beneficio de la sociedad michoacana, la rompe cuando dedica parte de su tiempo a buscar la posibilidad de ser candidato para la Presidencia de la República, y hoy se ha empeñado en tratar de echar atrás la victoria de quien habrá de sucederle en el cargo, el Estado se encuentra lastimosamente abandonado, convertido en tierra de nadie.
Lo anterior se ha convertido, para nuestra desgracia en una práctica normal desde hace treinta años, con raras excepciones, los presidentes municipales, diputados locales y federales, los senadores surgidos de todos los partidos políticos se han dedicado a ver más por sus beneficios personales que en atender el mar de necesidades que sufren a quienes dicen representar, eso es CORRUPCIÓN, de la más buena que pueda existir, y si en algo coinciden, ha sido en brindar su aval, justificar todas las barbaridades de los presidentes de la República, que han dañado a México entero.
Hemos ido de mal en peor, pues ya ni siquiera el descomunal ejército de guardianes, autoridades han sido capaces de garantizar la integridad física, los bienes de quienes ingenuamente creyeron en sus mentiras, demagogia, propuestas de gobernar bien “ahora sí”. Y no solamente Michoacán se encuentra en esta situación, todas las entidades presentan el mismo cuadro de inseguridad.
Curiosamente, cuando hay protestas sociales, como por arte de magia se hacen presentes un enjambre de policías o militares para dispersar, agredir a quienes exigen justicia, mientras los feminicidios, los homicidios dolosos, secuestros, robos nadie los atiende. El terror, la violencia ha funcionado, con mucha eficacia, como cortina de humo para arrebatarnos cosas valiosas; para arbitrariamente cambiar nuestra Constitución (empleando expertos, especialistas), la Carta Magna, rebajando, desapareciendo nuestros derechos, para beneficiar a una minoría que ni siquiera es mexicana, eso también es CORRUPCIÓN. Así, “nuestros” diputados locales aprueban todas las calamidades, perjuicios de Peña Nieto.
Al parecer, el próximo gobierno de Michoacán, seguirá siendo mucho de lo mismo que padecimos con Aureoles Conejo, pues criticables personajes, conocidos como “chapulines” se han sumado a él, para que los considere, para que no los deje “fuera de la jugada”, de la piñata que es cada administración. Se han sumado personajes que al estar frente a dependencias públicas, no vacilaron en incluir a los empleados de su hogar, amigos, familiares en la nómina; de arreglar sus mansiones con personal de los institutos que dirigían. En realizar todas las compras que requerían los ayuntamientos, en negocios familiares; constituir al vapor compañías constructoras para adjudicarse obras, mal realizadas. Peor aún, gente que abiertamente apoyo las políticas de Peña Nieto sin ningún rubor o vergüenza. Hay desilusión en los seguidores de Morena, pues el “no mentir, no robar, no traicionar” de una desconocida Cuarta T, se vuelve a incrustar en lo que no ha pintado, al menos en Michoacán, como una real alternativa que beneficie a todos, pues muchos de los oportunistas se han servido del poder para enriquecerse y no para servir a los demás.