Fidel Rodríguez Ramos
Desde 1947 se traza la realidad neoliberal que hoy padecemos, se recomienda que para vivir mejor, es necesario que el Estado, los gobiernos olviden su papel protector, de garantes de la educación, salud, empleo o seguridad, pues todo ello lo deberá resolver el mercado, la escuela será un negocio más, una mercancía que podrá adquirirla quien tenga dinero.
No es gratuito que los maestros de Michoacán, los estatales, lleven tres quincenas sin cobrar, los neoliberales recomiendan que la escuela la paguen los papás, los estados, los municipios, los empresarios, las grandes compañías quienes a través de consejos, asociaciones contraten, despidan maestros. Este modelo ha avanzado en Chile, en Los Ángeles California y en este último lugar, por la pandemia, muchos docentes han renunciado, se han jubilado, ahí al consejo por la falta de recursos, candidatos tiene problemas para llenar los espacios vacíos. El derecho a tener en cada aula un docente, poco a poco se va extinguiendo, las llamadas plazas automáticas ya no son posibles, las normales rurales criminalmente han sido atacadas, ejemplo lo es la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa hace siete años, su destino aún es desconocido, a pesar de un mar de promesas.
Criticable regalo deja Silvano a su sucesor Alfredo Ramírez Bedolla: Un déficit de 13 mil millones de pesos, una deuda pública de casi 22 mil millones, deudas con terceros por 10 mil millones de pesos (sólo al IMSS se le deben mil 600 millones de pesos), 500 millones a Pensiones Civiles del estado, además de pasivos con el ISSSTE y otras instituciones y particulares.
Lo anterior no será obstáculo para el exgobernador, para su derecho, deseo de seguir figurando en el desastre conocido como quehacer político, donde lo que menos importa es el profesionalismo, la dedicación para estar en la búsqueda de soluciones en beneficio de todos, aquí en Michoacán, mínimo llevamos treinta años sumidos en el atraso. Eso sí, Aureoles espera seguir activo, sacrificándose, hasta el 2024 donde desea, imagine, ser un candidato más a la Presidencia de la República.
No se puede negar el buen papel, que hasta hoy, ha tenido Obrador como capitán de una nave que amenaza con naufragar en cada momento. Él ha tenido muchos aciertos, sorteado trampas mortales. No ha endeudado más al país, ha conseguido vacunas, proporcionado ayuda a la gente de la llamada tercera edad, a gentes con capacidades diferentes, a los jóvenes que, como muchos de nosotros si, no han tenido acceso al estudio o trabajo.
Y ni modo, seguimos siendo un país donde siguen teniendo un papel de primer orden los líderes, los dirigentes que han sabido interpretar, hacer suyas las demandas, deseos de millones de semejantes. Sin embargo, en el pecado se lleva la penitencia, la falta de preparación de cuadros, de alentar a mujeres y hombres valiosos, hace previsible que no tan fácil Obrador reciba el respaldo popular, el próximo año para seguir como Presidente, si así pinta el panorama para el ejecutivo, es absurdo que ya desde hoy varios y varias morenistas anuncien sus deseos de ser candidatos a la grande, seguramente viven en un mundo aparte, donde no ocurrieron la caída de un tramo del metro, los cientos de feminicidios, el desborde de ríos y cerros, los pleitos, enfrentamientos entre los llamados carteles, el desastre educativo que agudiza el Covid- 19.