Fidel Rodríguez Ramos
Como una broma macabra, en la región lacustre aparecieron en lugares sumamente visibles, lonas, espectaculares que muestran al exgobernador perredista Silvano Aureoles Conejo, con la leyenda que dice más o menos así: “Después de seis años no nos han vencido”. El cinismo, la desvergüenza, la burla hacia el noble pueblo de Michoacán en todo su esplendor, que se acompleta con el dinero que deja como triste saldo en dos cuentas bancarias, miserables seiscientos ochenta y cinco pesos, y como ya es costumbre, seguramente no habrá sanción alguna para este personaje, quien al menos fue honesto, al no ocultar su enorme desprecio hacia la educación pública, avalando, justificando con el actual dirigente del PRD, Jesús Zambrano, la criminal reforma educativa de Enrique Peña Nieto.
Lo anterior son una muestra, mínima, de los valores que gustan practicar, nuestros siniestros partidos políticos, a quienes no les importó hacer una cruzada contra el Covid-19 que golpea a la enseñanza en Michoacán, dejando fuera de las escuelas a los niños durante casi dos años, los institutos exigen pruebas para ver si se ha contraído el mal, exigen vacunas, promueven la crítica por el mal manejo de la pandemia por parte del gobierno morenista, pero eso sí no quisieron soltar el más mínimo centavo, su tiempo en la radio, televisión para organizar la vacunación, para invitar, motivar, convencer a millones de gentes que aún se resisten a inyectarse.
Miles de pequeños abandonan los estudios, y esto se incrementa ahora que han dejado sin salario a los docentes estatales, simple y sencillamente dinero no hay, peligrosamente el asunto que afecta a millones de personas, va cayendo en el vacío, los medios de difusión se interesan por otras cosas superficiales, por la violencia que cada vez, muchos vamos viendo como algo natural; mueren jóvenes, mujeres, y lo único que se extiende es un silencio, desatención de los cuerpos de seguridad, de la policía, militares, guardia nacional que vemos ajena a nosotros, como una pieza decorativa.
Ya ni el gremio magisterial parece interesarse por la suerte de sus iguales estatales, curiosamente para ellos no hay solución, pero si para los ascensos, cambios, ingreso al servicio de una corriente que goza de todas las simpatías del poder local y nacional, el “divide y vencerás” en todo su esplendor, mientras la mayoría de la niñez no se sienten ya identificados con cualquiera de los dos modelos, que sin pena ni gloria se han promocionado en la entidad, pocos niños con gusto asisten a clase presenciales, virtuales donde reina la improvisación, la ocurrencia y los mentores no tienen, en gran parte la culpa, pues ya llevamos más de ochenta años, viendo el abandono, desatención de la escuela pública en que se ha dejado de creer.
¿Cómo creer en quienes dirigen la nación, en sus enseñanzas, cuando una servidora pública es acusada de apropiarse, indebidamente, con otros cómplices de siete mil millones de pesos, hoy esa mujer EXIGE como Elba Esther Gordillo Morales que dispone a su antojo de treinta mil millones de pesos de los maestros, una plácida, cómoda cárcel “domiciliaria”?. Aquí en El Vasco se mencionó que para los culpables de la caída de un tramo del metro, no habría el más leve castigo, esa es la moral, los principios que se han impuesto.