Fidel Rodríguez Ramos
Bajo la protección de reyes y gobiernos españoles, que no de su honroso pueblo, diversos personajes siniestros de la península desde hace quinientos años, han venido robando, exprimiendo a México, ante los ojos de todo mundo, una justificación que se ha usado fue declararnos en un principio seres sin alma ni razón, menores de edad, brutos, incivilizados, paganos.
La violencia, los métodos de los españoles o gachupines por supuesto que no fueron aceptados dócilmente, hubo una decidida oposición indígena, mexicana, que aplastaron recurriendo los conquistadores, desde el primer momento, al terror, ahorcar, desmembrar cuerpos, quemar a los inconformes.
La mismas acciones asquearon a algunos invasores, como Gonzalo Guerrero que hace causa común con los mayas, que lo aceptan como uno de los suyos para que forme una familia, y les ayude a rechazar a los falsos dioses blancos; el soldado Lerma, en cuyo honor se bautiza un río, deja todo para perderse y no seguir alimentando un cruel dominio.
Los gachupines profanaron, pisotearon, cambiaron nuestra forma de vida a partir de 1521, nos convierten en bestias de carga, con un vida de escasos seis meses, para que sin pago alguno extrajeramos plata, oro que muchas veces termina hundido en las aguas de los océanos. Ellos nos enseñaron la crueldad pues nos quitaban en las minas los alimentos que después comíamos echados a perder. Esclavizaron a gente de África no toleraban que escaparan dos veces, en la última al ser reaprendidos les quitaban sus partes nobles como castigo. Deseaban que muriéramos de hambre, se ordena cortar las manos a quien sembrara amaranto. Como vil herencia nos dejaron el racismo que muchos continuamos practicando.
Desde 1982, con el consentimiento de diversos presidentes de la república, reinician el saqueo, obtienen sin concurso alguno la construcción de magnas obras como autopistas, presas para obtener energía; se hacen del sistema bancario con el cual hasta hoy “ganan” altísimas ganancias. Disfrutan de permisos especiales para instalar cadenas hoteleras en Cancún, Oaxaca y Baja California.
Creíamos que sus voraces ansias de riquezas estaban saciadas, pero no, ahora desean manejar toda la industria eléctrica. Lo dramático es de que ahora para ese daño inmoral, que afectara a las próximas generaciones, a nuestros hijos y nietos, cuentan con el apoyo de “distinguidos” personajes del poder judicial, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el Congreso de la Unión donde el PRI, PAN y PRD exigen respetar la Constitución que cambian los expresidentes para beneficiar a unos cuantos extranjeros, perjudicando a una inmensa mayoría, gracias a esa traición, el avasallamiento, el despojo, el hurto SE HA LEGALIZADO.
Empoderados los descendientes de Hernán Cortés, soberbios, rechazan una propuesta oficial del gobierno actual, que les cede el 46 por ciento de lo que ellos llaman mercado de la luz eléctrica, y no ELLOS DESEAN TODO EL NEGOCIO.