Fidel Rodríguez Ramos

  Gran parte de la realidad mexicana cotidiana, desde hace mucho, ha estado trazada por organismos internacionales como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización de Comercio y Desarrollo Económico (OCDE), ellos nos dicen que debemos hacer en salud, trabajo, vivienda, jubilaciones y educación, así los integrantes del Congreso de la Unión reformaron el Artículo 3° constitucional para exigir la evaluación a todo aquel que desee ingresar al servicio educativo, tener ascensos, beneficios o mayor salario, este cambio desde hace tiempo ya es realidad en la mayor parte del planeta, lo que ordenen esos institutos debe ser obedecido al pie de la letra, pues si se desobedece no hay acceso a los prestamos monetarios que con urgencia necesitan la mayoría de los países pobres.

   Ahora resulta que no los obreros mexicanos, sino esos organismos foráneos exigieron la realización de procesos democráticos para que eligieran a sus dirigentes sindicales, y la novedad, observadores norteamericanos vinieron a “certificar” tales procesos. Igual, como en su casa, andan los inspectores americanos checando que el aguacate que se exporta a su país cumpla con todas reglas que ponen ellos.

   Y como ya se acerca el importante momento para la llamada revocación de mandato para Obrador, el próximo diez de abril, ellos desean presionar a la gente para que vote contra su permanencia en Palacio Nacional, diciendo que como es posible que quien dice que primero los pobres, se contradiga viviendo en un fastuoso edificio. Ahora, por lo mucho que hay en juego, como el litio, el agua, la energía eléctrica, la exportación de frutas, el mercado interno, un nuevo aeropuerto, una nueva refinería, a esa intromisión arbitraria se suma hasta el viejo continente, el supuesto y poderoso Parlamento Europeo pone el grito en el cielo porque el Presidente no hace nada para arreglar los graves momentos, situaciones que vive México, le acusan de enfrentarse a la prensa, de consentir el asesinato de periodistas, esos diputados se rasgan las vestiduras y alertaron al mundo sobre la calamidad de gobierno que padecen los aztecas.

   Tal Parlamento asegura que siempre han “luchado” por la justicia, la democracia, y la defensa de la vida en todo el planeta, sugerido eso llaman la atención a la máxima autoridad del país, ordenándole que se ponga a hacer bien su trabajo. Eso ha destanteado a mucha gente, abona para que la gente se pronuncie por la salida de Obrador. Sin embargo esos órganos internacionales jamás han funcionado, el reciente caso de Ucrania así lo demuestra, la han dejado sola, le echan porras para que enfrente al poderío ruso.

   En el 2008 un grupo de trabajadores mexicanos, entre ellos maestros, fueron hasta Suiza a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para denunciar que el gobierno pretendía quitar el trabajo a más de un millón de docentes, claro, la respuesta fue un silencio. Hoy debemos denunciar que tales organismos humanitarios nunca han dicho ni pío frente a las tragedias de la Guardería ABC; de las masacres en Aguas Blancas, en Apatzingán, Morelia, Tanhuato. De las agresiones a los normalistas de Ayotzinapa. Ninguna condena o investigación de los miles de asesinados o desaparecidos desde hace más de treinta años. No conocen de lo que Biden ha decidido hacer, financiar a un grupo de empresarios, entre ellos Claudio X González Guajardo, para que ataquen al actual gobierno; es vergonzoso que muchos de nuestros diputados y senadores, a quienes pagamos altos salarios, se hallan unido a las filas intervencionistas, enhorabuena y éxito, se lo merecen por la alta traición a nuestra deshilachada soberanía, independencia o autonomía.

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