José Octavio Ferreyra Rodríguez

  México resulta ser una afortunada nación, pues en su subsuelo existen valiosos mantos petroleros, que por desgracia, por la ignorancia de varios presidentes, éste recurso se ha perdido, derrochado, y  ha servido a funcionarios corruptos de Pemex para enriquecerse.

  Desde hace más de mil años éste valioso recurso ya era aprovechado para hacer suelas de sandalias, hacer pelotas  en medicina, y para impermeabilizar canoas. Para nuestra desgracia antes de que finalizara el siglo XIX, por 1900 ya estaban compañías petroleras de Inglaterra, Holanda y Estados Unidos de América quienes con el permiso de Porfirio Díaz comienzan a explotarlo, dando un pago simbólico por los miles de barriles extraídos. Con petróleo, México participa en la Primera Guerra Mundial ayudando a las naciones que combaten a Alemania.

   Ese recurso no renovable, era explotado a sus anchas por dichas compañías, quienes eran los amos y señores de los territorios petroleros. Con violencia, asesinatos, amenazas las compañías arrebataron las tierras que guardaban en el subsuelo el llamado oro negro. Los extranjeros tenían sus cárceles para castigar a los inconformes; en una ocasión Lázaro Cárdenas trato de cruzar una de las “propiedades” que tenían pozos en explotación, los guardias con las armas en la mano no se lo permitieron, esa afrenta nunca se le olvida a quien sería Presidente en 1938.

   Los petroleros ante las injustas condiciones que vivían, bajos salarios, falta de servicios médicos, viviendas digna, se declaran en huelga, los dueños a pesar de reconocer sus justas demandas la declararon ilegal, el asunto llega al máximo tribunal de justicia que falla a favor de los obreros. Los extranjeros pusieron el grito en el cielo, pidieron auxilio a sus gobiernos, se resistieron a acatar el fallo de las autoridades.

   Cárdenas ordena que en el caso de sufrir una invasión, inmediatamente se incendiaran con dinamita los mantos de hidrocarburos. Acto seguido encarga al michoacano Francisco J. Múgica redacte un documento donde se declare la necesidad de nacionalizar el petróleo, hecho tal oficio un 18 de marzo de 1938 Tata Lázaro en cadena nacional, por la radio anuncia la trascendental medida que inmediatamente es apoyada por todo el pueblo humilde y por la iglesia católica.

   La declaración enfurece a los extranjeros, pero ante la contundencia del apoyo de los pobres hacia el gobierno cardenista, no tienen otra alternativa que negociar la situación: exigen una compensación económica de lo que antes fueran sus refinerías, oleoductos, instalaciones. Inmediatamente los humildes comienzan a llevar a Bellas Artes gallinas, máquinas de coser, anillos de bodas, tololoches, aretes, medallas, pulseras, los boleros su cajón para dar grasa, con el fin de  pagar la indemnización; varios niños de internados dejaron de comer una cena, un desayuno para llevar dinero para la deuda. Otros pequeños llevan sus cochinitos. Los extranjeros tenían la esperanza de que los solicitáramos ante el problema de no poder manejar la industria petrolera, y no porque los petroleros con pocos recursos libraron la grave situación.

   Con el actual Presidente hay la firme intención de reactivar una industria, que por lo menos es estratégica, importante hasta el año 2050. La guerra de Ucrania provoca la escasez de gas, petróleo a nivel mundial y esto en México se traduce en una escalada de precios en todos los productos, situación igual la viven todos los pueblos del mundo. Afortunadamente pronto empezará a funcionar una nueva refinería en Dos Bocas que se ha satanizado, se ruega porque ésta sea un gran fracaso. Lo cierto es de que hoy se reaviva la posibilidad de ser autosuficientes en gasolinas y gas cuyo precio está por las nubes.

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