Fidel Rodríguez Ramos

  Leslie: Primero, agradecemos la generosidad de este medio que recoge hoy una seria preocupación como lo es la tragedia que en educación viven nuestros hijos, y creemos que también todos los estudiantes del país.

  Abril: Después de dos años perdidos, sin asistencia a la escuela, los chamacos ya no sienten ninguna atracción por las clases en línea ni presenciales, en lo particular veo insegura a mi hija, con una angustia que no puede ocultar, pues todo lo que se refiere a la escuela le molesta, de la misma no quiere saber nada.

   Leslie: Buena introducción a esta situación, muchas veces creemos que no hablar de los temas que nos afectan, nos permitirá seguir adelante, y no, hay una tragedia educativa que nadie quiere abordar, ni siquiera las instancias que obligadamente debieron hacer un alto para reorganizar absolutamente todo.

   Eunice: Pues así es, la pandemia nos ha dado hoy un respiro, se abren las escuelas, pero lo terrible es que empiezan las clases, se reinician como si nada absolutamente hubiera pasado. Y no, pues este terrible caso que nos arrebata tantas vidas, ameritaba repensar la educación, las autoridades desde el centro y los estados tuvieron tiempo, demasiado, para repensar en la necesidad de instrumentar un nuevo modelo, eficaz para más o menos aliviar el atraso que sufrieron más de treinta millones de alumnos, del nivel básico.

Abril: Oh no hay interés por parte de quienes la posibilidad de trazar el rumbo educativo en esta nación, oh no hay la posibilidad de ensayar nada nuevo, por la falta de dinero,  y lo más terrible a lo mejor se sigue creyendo que al poder no le interesa tener una sociedad educada, para poderla manipular más fácilmente.

  Leslie: Aquí en México ni siquiera se nos ha informado del impacto que el Covid tuvo en la enseñanza. Se dicen muchas cosas, como que cinco millones de estudiantes abandonan las aulas. O de que en el nivel básico se fueron trescientos mil niños y niñas. La afectación ha sido grave, todos y todas observamos como nuestros hijos nomás ya no dominan muchas cosas. Eso ¿cómo se reflejará en el futuro de nuestros hijos? ¿Cómo les afectará el haber perdido más de seiscientos días de clase?. Si antes, asistiendo todos los días a los colegios, estaban mal, ahora imaginemos su situación.

   Eunice: Otros países, a lo mucho perdieron tres meses de clases. En China después del surgimiento de la pandemia, a los pocos días ya estaban en clases presenciales. En Inglaterra jubilaron inmediatamente a muchos maestros que rebasaban la edad de 50 años, para contratar docentes jóvenes. Alemania, Francia, España actuaron igual, controlaron lo mejor que pudieron las cosas para que los escolapios, con seguridad, regresaran a los salones.

  Abril: Ni modo, es doloroso decirlo pero las autoridades educativas, como hoy, no estuvieron a la altura de la situación, eso como en cascada cubre a todos los actores que participan en ese proceso tan importante, no hubo para los maestros una urgente capacitación, una eficaz, no simulada ni burocrática. Tal parece que seguimos en el tiempo de hace cuarenta años, la misma rutina, los mismos libros, los mismos contenidos o métodos, y no nos damos cuenta que eso no ayuda en nada.

   Leslie: Por este medio, queremos comunicar que no todo está perdido, mucho se puede aliviar si los maestros, maestras, entendieran que mucho de la tragedia que vivimos puede aliviarse, con todos los conocimientos, experiencia que han ganado, para remontar, ahora sí, una tragedia que nos afecta absolutamente a todos los habitantes de México.

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