Fidel Rodríguez Ramos

  Poco, nulo trabajo se ha observado por parte de quienes simpatizamos con Morena, para hacer extensiva la invitación al pueblo para que se involucre en el próximo ejercicio democrático que tiene que ver con la revocación de mandato en la Presidencia de la república, el próximo diez de abril, decidir si se desea que Obrador continúe en el puesto hasta el 2024, y o demandar que se retire, por no haber cumplido todas las expectativas que se esperaba de él.

   Desde el 2018 en esta importante entidad, que se considera un laboratorio político en el país, no se ha hecho absolutamente nada para fortalecer una importante victoria, construida con decenas de sacrificios, muchas cosas se han confabulado para impedir el que se tenga, por lo menos, una unidad entre todos los militantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), de poco sirvió la enorme esperanza que los michoacanos depositaron en una alternativa que empieza a construirse desde 1988, la militancia prefirió no acercarse al pueblo, registrar la enorme cantidad de demandas que ameritan una respuesta o solución, no se hizo eso, sino que se prefiere exigir puestos de gobierno, candidaturas, no con el anhelo de servir a la ciudadanía sino para acumular grandes fortunas.

   A quienes simpatizamos con Morena, nos interesa más un continuo enfrentamiento entre nosotros mismos, para ver quien abandera al partido con el propósito de llegar a una gubernatura, presidencia municipal, diputación local o federal, alguna senaduría, y o incrustarse en algún cargo de gobierno, aunque no se cuente con la experiencia ni preparación necesaria. Nos imaginamos que en muchos municipios purhépechas existe un desgastante enfrentamiento entre muchos grupos, sin ocuparse de una urgente unidad para sacar adelante todos los propósitos, proyectos de la llamada Cuarta Transformación.

   Nosotros y no la llamada oposición que encabezan el PRI, PAN y PRD, desde 1917 hemos registrado las demandas populares para trazar el rumbo de las grandes transformaciones sociales, como se hace con la reforma agraria. Nacionalistas con la expropiación petrolera, con la recuperación de la industria eléctrica. La derecha en cambio se ha empeñado en hacer realidad todo lo que es adverso para el  pueblo, como lo hace el PAN, aceptando la entrega del país a el imperio yanqui, que  Salinas de Gortari promueve a través  del Tratado de Libre Comercio (TLC), hoy conocido como Tratado México Estados Unidos Canadá (TMEC). Antes de 1994 el PAN lloriqueaba, declarando que el PRI le había robado esa “brillante” idea.

   Debemos aceptar que hoy la derecha ha sido más consecuente, más contundente, en su deseo de descarrilar al gobierno de Obrador, mientras la izquierda se encuentra ocupada en otros trabajos quizás más importantes, mientras unos pocos tratan de resistir, fortalecer lo que hace pocos años era una viable, posible alternativa para todos y todas.

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