Fidel Rodríguez Ramos
Desde que tengo uso de razón, me he dado cuenta que a mi patria la han robado despiadadamente gentes extranjeras, haciendo uso del engaño y la violencia, contando muchas veces con la ayuda de gente nuestra, quienes esperan de una mesa bien servida, solamente migajas, una palmada, una sonrisa que no puede esconder la burla a su servilismo.
Por la cobardía del presidente Antonio López de Santa Anna, perdimos la Alta California, Texas, Arizona, Nuevo México y partes de otras entidades que hoy forman la nación más poderosa del planeta. Pero eso no fue nada, en 1994 quien se robará la presidencia, el priista Carlos Salinas de Gortari entrega totalmente lo que pasadas generaciones construyen con sangre y sacrificios después de 1917, ese ejemplo lo sigue Ernesto Zedillo que ofrece a un vil precio, todo el sistema ferroviario durante cincuenta años a los yanquis, con la posibilidad de renovar esa concesión por otro medio siglo más.
Hay una creciente miseria, que no permite el que millones de jóvenes puedan estudiar, tener dignos trabajos, a pesar de que teníamos inmensas riquezas que Miguel de la Madrid, Vicente Fox, José López Portillo, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto fueron incapaces de administrar, en los tiempos de López Portillo se descubre el yacimiento de petróleo más grande del planeta, millones de barriles de ese recurso no renovable se pierden, con los malos manejos que gente extranjera, sin escrúpulos realizan en las bolsas de valores o mercados internacionales que lo abaratan a más no poder.
Frivolidad, ignorancia, torpeza, violencia hemos padecido con los nefastos gobiernos, como el de López Portillo lleno de desfiguros, absurdos donde su esposa hace que trepen al avión presidencial un piano para mostrar sus cualidades musicales en Europa. Igual pasa con Enrique Peña Nieto que adquiere una nave cuyo costo rebasa los cinco mil millones de pesos, el artefacto no se ha podido rifar, ni vender por su estratosférico precio. Entre el período del 2006 al 2012 tuvimos que soportar a un alcohólico, ignorante, rapaz que provoca un baño de sangre, muerte, desapariciones que no han terminado.
Me duele que los agentes extranjeros no hayan saciado su sed de riquezas, que han obtenido a costa nuestra y de generaciones futuras, pues un recurso fabuloso como lo es el litio, encontrado en Sonora es propiedad del gobierno de China. La rapiña ha llegado a extremos increíbles, se han apropiado del aire, de la energía que nos brinda el Sol, de las piedras.
Me duele que una pandilla de traidoras, traidores que supuestamente “laboran” en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en el Congreso de la Unión, diputados, senadores se apresten en éstos días a entregar a los imperios español y norteamericano NUESTRA industria eléctrica, olvidando su papel de ser guardianes de nuestra dignidad, soberanía, del futuro de nuestros hijos, nietos a quienes espera la desesperanza, la miseria, la muerte, la prostitución, los bajos salarios.