BenGO

Como si fuera ayer recuerdo aquellos festivales a las Madres que hacíamos: primero en la escuela Primaria “Benito Juárez” y después en la Secundaria “Lázaro Cárdenas”, allá a inicios de la segunda mitad del siglo XX. También hubo un momento que éstos se extendieron en la, en aquel tiempo, Escuela Preparatoria Federal por Cooperación “Lic. Agustín Arriaga Rivera”, hoy PREFECO “Felipe Carrillo Puerto”. ¡Sí!, recuerdo sobre todo los concursos de “declamación” y “oratoria” que, en ausencia de los medios digitales que ahora tenemos, para los concursos eran nuestra voz al aparato de sonido y nuestra pluma, los artífices de aquellas piezas. ¿Cómo no recordar aquel chamaco que ante el olvido del poema, cual disco de acetato maltratado, repetía: – “Ya llegó mi tramonto madre mía…”? –quedaba pensativo un rato y repetía nuevamente su frase hasta que el jurado lo descalificaba. También aquel otro quien muy circunspecto anunciaba: -“Honorable jurado, tengo el gusto de declamar, del vate mexicano Salvador Díaz Mirón, su sentido poema “Paquito” – y comenzaba… o también aquel que sentidamente hacía la remembranza de una noche despidiendo el año viejo y dando la bienvenida a un año nuevo… Honorable jurado, tengo el gusto de declamar, de Aguirre y Fierro su sentido poema: “El brindis del Bohemio”… ¿Cómo nos hacían vibrar y rodar una lágrima escuchándolos… aquellos que desbordaban su prosapia enunciando las virtudes de la ideal  mamá que tenían (en mente). Eran concursos con atisbos de arte. Donde antes de los SONOR’S alegraban las tardeadas el grupo de “Los Átomos”, “Los Cinco Monjes” o “Los Pájaros Azules”. Mucho tenían de diferencia a la “Orquesta Eréndira” y los grupos del estilo “mambo” o “cha cha chá” de los viejitos de aquel tiempo. Poemas, piezas de oratoria, música, etc. tenían otra forma de decir las cosas; menos agresiva o por lo menos con otra concepción del afecto y del respeto. Bueno los integrantes de esos grupos musicales que nacieron en las escuelas secundarias y prepa de aquellos tiempos, también se hacían presentes las madrugadas del 10 de mayo con sus guitarras entonando las “mañanitas del rey David” en “callejonadas” improvisadas por pequeños grupos de amigos que bien desvelados nos íbamos al festival donde debíamos declamar el poema ganador en el concurso.

Bueno, era la vida de estudiante que nos tocó vivir y allí, aprendimos a decir y escribir nuestros pequeños pensamientos a ese ser que nos dio la vida. Porque han de saber que somos de antes de la fecundación in vitro y de los vientres prestados (¿o alquilados?) mientras tanto válgase escribirle este pequeño halago a mi difunta madre:

¿Cantarte una canción?…¡No se cantar!…

Aunque tu voz sonora siempre la llevo en mí desde el tiempo lejano cuando tú me arrullabas…

Nunca podré imitar esos tiernos sonidos con  los que tú me hablaste…

¿Decir una oración ahora que no te tengo?… ¡Nunca aprendí a orar!… El tránsito en la vida me ocupó en tantas cosas que siempre yo buscaba refugio en mil personas… en la divinidad y te olvidé mamá.

¡Pero cómo te añoro!, como busco a tu lado regresar.

Hoy que ya no te tengo, a ti quiero cantar,

Hoy que ya no te tengo quiero aprender a orar… y orarte muy tierno así como lo hacías al llevarme a dormir, así como  cantabas cuando algo me dolía y llorar me mirabas…

Tú calmaste mi llanto y calmaste mis penas… tú me contaste historias que hasta ahora no olvido,  fuiste tú mi maestra en mis primeros días…

Por ti hablé, caminé, fui a la escuela, allá aprendí las letras, allá aprendí mil cosas pero no sé cantar, tampoco aprendí a  orar porque aprendí mil cosas pero…a imitarte   jamás…

 Por ti soy lo que soy…

Y por eso, por todo te recuerdo mamá.. Recibe este homenaje aunque no se cantar…

SENCILLITO PERO CON CARIÑO MAMA…

De BenGO para todas las mamás del mundo, pero especialmente para la que yo tuve.

BenGO

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