Fidel Rodríguez Ramos
No es suposición, producto de la imaginación, pero nuestros hijos padecen un serio atraso educativo, producto de la pérdida de dos años fuera de las aulas, como supuesto alivio sólo se programan las clausuras hasta el próximo mes de julio, y ya en esta fechas los alumnos muestran un claro fastidio hacia la instrucción que reciben en sus escuelas desde enero de este 2022.
No hubo una reflexión seria por parte de quienes son los encargados de dirigir la enseñanza en todos los niveles, simplemente se consintió que los chamacos recibieran un alud de trabajos y tareas, muchos de ellos sin ningún sentido, planas y planas que muchas veces ni siquiera recibieron la más mínima atención, el paquete de la falta de conocimientos simplemente se los delegan a los maestros que los atenderán el próximo grado o nivel educativo, el estrés, desesperación temor de los escolapios es inocultable. Simplemente no los podemos enviar así, con tantas lagunas o falta de conocimientos ¿cuantas generaciones serán afectadas?.
Pero vayamos a lo que dicen los expertos: “América Latina vive una crisis educativa “sin precedente”. A dos años de los cierres de escuelas por la pandemia, no todos los niños, niñas y adolescentes han vuelto, y quienes lo han hecho muestran un rezago de entre doce y veinte meses en el aprendizaje”.
En América Latina se dio uno de los cierres de escuelas más prolongados en el mundo, lo que afectó a 170 millones de infantes y adolescentes que cursan educación básica.
De no tomarse acciones urgentes, inmediatas y firmes para la recuperación educativa, millones de estudiantes en toda la región están en riesgo de abandonar la escuela por no tener el nivel de aprendizaje suficiente para seguir con sus estudios. Una generación entera podría sufrir consecuencias profundas y duraderas a nivel educativo, social y económico”.
En el área arriba mencionada, desde México hasta Chile y el Caribe, 44 por ciento de los estudiantes de primaria en tercer grado y 68.8 por ciento del sexto grado se encuentran en el nivel mínimo de competencia de lectura. Y es una lástima, porque en México hay un enorme potencial para producir materiales de excelente cultura, con bellas ilustraciones para todas las materias, para crear textos fácilmente comprensibles que atraparan la atención de los alumnos en todos los niveles, esa falla, falta de tino no es de ahora sino, curiosamente, ya lleva más de cinco décadas.
Se regalan, efectivamente, libros llenos de errores, términos incomprensibles ¿por qué razón? Ah pues para alejar a los estudiantes del conocimiento, para que sientan, y con justa razón, repudio a la lectura, a la investigación. Los niños no son ingenuos, ignorantes, pues los vemos comprando bellas revistas ilustradas con un precio que desafortunadamente esta fuera del alcance de millones de alumnos, sólo unos pocos disfrutan de ejemplares bien diseñados, donde con sencillas palabras explican lo que para muchos son conocimientos arduos, difíciles de entender como la gravitación universal, el desastre ecológico y o la buena alimentación: Se reconoce lo mucho que nos falta para leer y escribir bien, pero sin embargo no se hace absolutamente nada.