José Octavio Ferreira Rodríguez
Aquel modelo de padre, rígido, vigilante, intolerante está cada vez menos presente. Sin embargo, como hayan sido esos papás, para todos representan mucho, quizás con su actitud deseaban que fuéramos más responsables, capaces de ganarnos la vida, pero sin darnos o preguntarnos por un proyecto de vida, desafortunadamente, como hoy, no había una escuela para aprender a ser padres de familia, ellos en la práctica se hicieron.
Esos padres, que cada vez son menos, desde temprana edad trabajaban y pronto se unían a una pareja, tenían hijos y el ganarse el pan cotidiano les alejaba de sus hijos, que muchas veces eran unos perfectos desconocidos para ellos; los padres soportaban largas jornadas de labor, con el ánimo de llevar siempre un poco más al hogar, ese sacrificio siempre obtuvo altas recompensas, pues sus vástagos lograban ser profesionistas, buenos trabajadores, gente exitosa.
Quienes tuvimos ese tipo de papá entendimos sus ausencias, aún y cuando éramos pequeños, sabíamos, intuíamos en donde estaban siempre. Muchas cosas los delataban, pero nunca osamos interrogarles, el preguntarles la razón de sus muchos extravíos del hogar. Crecimos con pocas muestras de cariño, de atención, interés por nuestras cosas, pero las justificamos creyendo que eso era parte de un necesaria formación, pues mientras más necesidades, pruebas tuviéramos era para ser mejores, muchas veces el tiempo nos dio la razón.
Ahora los actuales papás, son eso después de tener más de veinte años, porque la vida cada día es más difícil, para tener un empleo, construir un hogar, al saber de tantas obligaciones que se contraen después del matrimonio, se prefiere alargar el compromiso, tener una seguridad que muchas veces no es posible tenerla.
Pero el nuevo tata ya es muy diferente, pasea más con la familia, se interesa más por los hijos, se observa algo que antes era muy raro, van y traen a sus hijos a la escuela, esa experiencia la disfrutan hasta los ajenos a las familias, es un gusto ver como amorosos papás esperan la salida en los colegios.
Ese nuevo tutor hace algo que antes era impensable, realiza los deberes, la tarea con sus pequeños y por ello sabe, valora el quehacer de quienes están al frente de sus críos en los salones de clase. Los niños son más valientes, muestran más seguridad, tienden a censurar, denunciar lo que les parece arbitrario, injusto, desleal, ese nuevo integrante de la actual generación es fruto del acercamiento de los papás, a pesar de que la vida les exige cada día más trabajo, más cuidado hacia los seres que ayudaron a traer a éste mundo. El actual padre, lava, plancha, cocina, barre, cambia el pañal, convirtiéndose en un precioso ejemplo para ser más humanos.
Todos lo celebramos, el nuevo padre se encuentra más al pendiente del paradero de sus hijos, gracias a la tecnología, a la vigilancia que se ejerce las 24 horas del día, y por increíble que parezca esa actitud, de un tiempo hacia acá, ya es seguida por gran parte de la población, ese buen cambio de actitud se debe a nuestros héroes, a quienes no derrota ningún problema, a quienes tienen respuesta para todo, a quienes ganan cada día más sabiduría, a quienes se han comprometido para que tengamos un mejor futuro. ¡Benditos sean por siempre queridos papás! ¡Una enormidad de felicidades para ustedes en éste su día! ¡Ojalá siempre contemos con ustedes!.