Fidel Rodríguez Ramos
A sus anchas, los poderosos intereses, nacionales y extranjeros, han abusado de las tierras y aguas generosas de México, una minoría ha talado los bosques de millones de gentes, las selvas, arrasaron con gran parte de los arrecifes y manglares para establecer majestuosos hoteles en sitios paradisiacos, con el permiso de quienes se dijeron ser representantes de este pueblo, una y mil veces humillado, ofendido.
Esa minoría voraz hicieron lo que parecía imposible, trastornar, destruir el llamado ciclo natural del agua, no llueve, hay sequía ya en el ochenta por ciento de la República, no existe la posibilidad de que los depósitos de agua subterránea se recarguen como antes. Y esto por supuesto hoy no les interesa, pues tienen asegurado el acceso al cada vez más reducido líquido, mientras más de cincuenta millones de habitantes se las ven negras para conseguirla.
Clamamos en el desierto, aquí en éstas hospitalarias páginas y medios, denunciamos que el DERECHO AL AGUA, nomás no lo tenemos aún, debido a la modorra, flojera de quienes “trabajan” en el Congreso de la Unión (diputados y senadores), pues desde el 2012 no han tenido tiempo para incluirlo en “nuestra” Constitución y leyes secundarias reglamentarias. Y no lo harán porque hoy están felices, debido a que la antigua marca mexicana Corona, a sus anchas disfruta el precioso líquido en Zacatecas, lo malo del asunto es que la compañía pertenece ya a una cervecería alemana, que la oferta en todo el planeta.
A nadie parece importarle la situación que se vive en el norte del país, como en Coahuila donde no ha llovido desde hace tres años, poniendo en peligro de muerte a la agricultura y ganadería. Protestas hay por la falta de agua en Hermosillo, Sonora, donde la gente no ha aceptado la construcción de una planta desaladora de agua del Pacífico, porque ello significaría pagar precios altos por la necesaria sustancia. Para los amolados sonorenses no hay agua pero sí, y en abundancia, para la cervecera Constellation Brand.
No se desea aprobar el derecho al agua, porque entonces se bloquearía lo que hoy sucede en Querétaro, donde ya la iniciativa privada atiende ese vital servicio; que por muchas cosas, deben ofrecer a TODA la sociedad los tres niveles de gobierno ¿y por qué?, porque moralmente a eso están obligados, es lo mínimo que deben garantizar, hacer realidad la seguridad de la sociedad, el servicio de recolección de basura, de alumbrado, recreación, salud. Ahora la moda es de que ese quehacer se privatice, con el deseo de obtener grandes ganancias. Se acabó aquella idea de que los impuestos cubrirían esas necesidades, que son la razón de ser de cualquier gobierno que se precie de ser eso.
Hay sequía, no hay agua y los llamados representantes del pueblo, brillan por su ausencia, no les conmueve saber que en Monterrey, sesenta hectáreas de tierras cubiertas de verde pasto, se rieguen dos veces al día, para hacer posible el entretenimiento de los fatigados empresarios que se desestresan jugando golf. Atender esta preocupante situación es tarea urgente de todos, hasta de quienes llegaron a ocupar un honroso puesto de representación popular ¿oh no lo cree así estimada lectora, lector?.