(Alicia R. Oseguera) 

   En el extranjero nuestro país, más de una ocasión ha sido motivo de burla, se han reído de algunos desafortunados actos gubernamentales, por ejemplo en alguna ocasión Inglaterra hace un préstamo a México, equis cantidad, y al momento de recibirlo se dan cuenta de que una parte es en dinero, y la otra en especie, una multitud  de sombreros que por supuesto no ocupa nuestro pueblo.

  Y quiérase que no, la estafa que ocurre en el siglo XIX es para todos, ahora un celebrado periodista mexicano, con amplia trayectoria, se burla del gobierno actual, que nomás no ha podido deshacerse de un gigantesco avión, adquirido durante la administración de Felipe Calderón Hinojosa, por la cantidad de 280 millones de dólares, la nave se ha tratado de rifar sin éxito alguno, se ha ofertado ampliamente y nadie parece interesarse en lo que es un verdadero lujo, su mantenimiento es sumamente caro, y no se diga el pago que debe hacerse por el hangar que ocupa.

     En alguna ocasión se dijo: “Ese avión ni Obama lo tiene”, el único que ha llegado a usar semejante armatoste, ha sido el expresidente Enrique Peña Nieto, viajes de lujo, de placer con sus cuates hacia diversos puntos del planeta, con internet, cava y toda la cosa. Risa también ha de haber provocado, el hecho de que unos pillos vendieron a Peña Nieto un montón de chatarra para producir fertilizantes, el montón de fierros viejos costaron 200 millones de dólares, y claro nunca llega a producirse un solo kilo de tal producto.

   Más burla ha de haber producido la nota relacionada  con la hija de un exdirigente petrolero, Carlos Romero Deschamps, quien paseaba a sus mascotas en aviones privados, emborrachándolos con whiskies caros. Jolgorio ha de haber tenido la última acción de los partidos aglutinados en el “Va por México”, que se declararon en contra de la iniciativa para recuperar la industria eléctrica; puntada, y muy buena, para celebrar jocosamente, sería el hecho de saber que gran parte del llamado poder judicial se ha manifestado por proteger a empresarios extranjeros, en perjuicio de todos los mexicanos, absurdamente, y como si fuera un gran logro, presumen de amparar a quienes disfrutan de gran parte de nuestros bienes. Todo, según dicen, con la finalidad de respetar a nuestra muy sagrada Constitución que a su antojo modificaron, parcharon los achichincles de Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Calderón y Peña Nieto, en el Congreso de la Unión.

    Tanto disparate debe tener un hasta aquí, las gentes que desde hoy arriben a un puesto de representación popular deben saber que México ya no debe ser motivo de escarnio, burla, por los mil y tantos disparates que se han cometido durante el tiempo que gobernaron los que se decían herederos de la Revolución, como la señora de López Portillo que en una ocasión carga en el avión presidencial un piano para mostrar sus dotes artísticos al gobierno francés. Apenado se sentiría Manuel Gómez Morín, al conocer las obras de Fox, la celebración del expresidente Felipe Calderón que en Europa se lanza al agua para celebrar un triunfo del corredor de autos Checo Pérez. Ya basta de falta de decoro y frivolidad.  

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