Fidel Rodríguez Ramos

      Más de veinte años, en Michoacán hemos estado conviviendo con la violencia, por lo descomunal de tal fenómeno, entendimos que éste rebasa a cualquier cuerpo de seguridad, sea municipal, estatal o federal. Por ejemplo en Sinaloa debió dejarse libre al hijo de un conocido narcotraficante, pues de no hacerlo comenzaría sobre la inerme población una matanza indiscriminada, donde sucede el hecho, presenta una imagen de verdadera guerra.

   La sociedad entera, a pesar de un fuerte temor, reconoce que debe convivir con esa violencia, mostrando más cuidados, como evitar la asistencia a muchos eventos masivos, no salir  a  la calle por la noche, reportarse con alguien desde el lugar donde se  encuentre cualquiera, desconfiando de todo y de todos.

   En el ambiente flota la paranoia, se cree que dondequiera puede suceder algo terrible que nos afecte. Y ese temor aumenta cuando pensamos, y el juicio tiene base, que los mismos cuerpos de seguridad estatal, en parte o de alguna manera se encuentran unidos a quienes ejecutan diversos actos ilícitos, fuera de la ley.

  Recordemos que el máximo encargado de la seguridad, Genaro García Luna, en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa se encuentra hoy detenido en los Estados Unidos de América, sometido a proceso por su presunta vinculación con el crimen organizado al que supuestamente debía combatir. Sorprendió la desaparición de la Policía Federal de Caminos para dar paso a la Guardia Nacional por el mismo señalamiento.

   La violencia nada ha respetado, recordemos las granadas en el pleno centro de Morelia. El peligro que viven muchos representantes de Cristo, sacerdotes que para cuidar de su integridad física deben usar chalecos protectores en sus oficios religiosos.

       Es digno de creer que la violencia está por encima de la misma Presidencia de la República, pues ya varios especialistas admiten la presencia de una sofisticada, profesional organización de grupos violentos poderosos, dueños de grandes fortunas, con alcances internacionales, que hacen posible la llegada de armamento altamente letal, que por mucho minimiza la capacidad de respuesta de los cuerpos del orden mexicanos. La capacidad de actuación de diversos grupos delictivos, se facilita por la creciente división, odio que existe entre los aliados y enemigos de un gobierno que surge en el 2018, que ha debido soportar pruebas terribles para continuar existiendo, sin tener recursos económicos, con una débil economía, con inflación, aumento de precios; sin la posibilidad de ofrecer a todos asistencia médica, agua potable, empleos y sobre todo seguridad.

Compartir: