Fidel Rodríguez Ramos

   En Michoacán se han perdido un millón de hectáreas de bosques, por la ocurrencia de cambiar el uso de suelos para producir cultivos exitosos de frutos apreciados en los EUA, perjudicando los ciclos de lluvia, agotando los mantos acuíferos situados a gran profundidad, inteligentemente ese proyecto es dirigido por agencias americanas, pues aquí gozan de pocas prohibiciones en el uso de agroquímicos, pagan bajos salarios y lo más valioso, agua gratis a morir.

   Voz en el desierto fue en 1996 cuando condenamos la medida de Ernesto Zedillo, la ocurrencia de establecer los llamados cambios de horario, en perjuicio de la salud, seguridad de cien millones de mexicanos, ¿para qué esa rotación?, pues para ponernos en sintonía con los tiempos de las compañías aéreas gringas, los bancos y bolsas de valores, claro, el beneficio fue para los favorecidos de siempre, una privilegiada minoría.

   Hoy estamos demandados por otra ocurrencia presidencial en tribunales internacionales, por nuestra negativa de seguir permitiendo en el Caribe una devastación ecológica, causada por una compañía gringa que desde hace años está exportando millones de toneladas de piedra caliza, con la cual nuestros primos construyen autopistas, palacios sin que les importe el daño terrible que han causado en la península yucateca.

    Suerte tuvimos para que no se hiciera realidad la terrible ocurrencia de construir un aeropuerto cerca de los santuarios michoacanos de la mariposa monarca, el proyecto, supuestamente estaba encaminado a incrementar el turismo, la economía en esa región mágica.

    Hace décadas en Veracruz, ante la vista de medios de difusión, autoridades, invitados se botó una nave muy especial, un barco fabricado con cemento, la ocurrencia fue motivo de risa pues la nave, por supuesto se fue a pique.

    A los presidentes que gobernaron desde el año 2000 hasta el 2018, se les ocurrió dar recursos a exitosas compañías, como las productoras de bebidas negras, alimentos; agencias automotrices, dinero para que realizaran proyectos de investigación científica, tecnológica que les permitiera obtener más ganancias. Esa ocurrencia, nos costó a todos los habitantes cien mil millones de pesos, que les dimos a través de nuestros impuestos, los beneficiados, por supuesto, con nada, respondieron a ese gesto de generosidad.

    A los estados más amolados les toca sufrir tales calamidades, como Michoacán pues en la tierra caliente se hizo creer a la gente que había la posibilidad de obtener biocombustibles usando las semillas de la higuerilla. El gobierno purhépecha se creyó la idea de la Ford, para tener una pista de prueba para sus autos, se desembolsó dinero, pero tal proyecto nunca se echa a andar.

    Hace cuarenta años teníamos dinero, nuestros primos del norte, nos vendieron la idea, la ocurrencia de construir un costoso gasoducto que al final no tuvo utilidad alguna. Ya no creíamos en nada ahora, como hacer sandalias, fertilizante con las miles de toneladas de sargazo que llega a las costas del Caribe. Hasta de las obras que anuncia hace cuatro años Obrador, temíamos que era más de lo mismo, puro engaño, ocurrencia pero no pues ahí tenemos ya al aeropuerto Felipe Ángeles; la primera fase de la refinería Olmeca; el sistema de transporte inter oceánico y lo único que se encuentra atorado es el llamado Tren Maya.   

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