Fidel Rodríguez Ramos

    Hace tiempo platicaba con una adolescente, y me sorprendió el que me dijera que los políticos, las autoridades de nuestro país le daban vergüenza, con eso me bastó para imaginar la malísima imagen que tienen las y los que se dicen representantes del pueblo, mínimo cuarenta años de trabajo irrelevante, de fiel sumisión hacia una minoría que han dañado a más no poder a  nuestra República.

   Muchos con el paso del tiempo nos vamos volviendo insensibles, ya nada nos dicen los recientes asesinatos de una doctora, de un doctor en Sinaloa y Chihuahua recientemente, lo sagrado de esa profesión,  que muchos aún respetamos, a los ángeles que sin nada se enfrentaron al Covid-19 nos duele, la médica deja en la orfandad a una pequeñita: el médico cumplía con el requisito de cumplir, en mala hora, con sus servicio, cuando debe atender a un joven completamente drogado que lo asesina. Los internistas al terminar su carrera deben trabajar un año sirviendo a sus semejantes más de 24 horas ininterrumpidas en lejanas clínicas, sin lugares adecuados para dormir, con mala comida y recibiendo cada mes cuatro mil pesos de “compensación”. 

   Muchos vamos al ISSSTE al IMSS y les gritamos, reclamamos a los doctores por no recibir rápidamente una atención, diciéndoles que gracias a nosotros llevan un sustento a su casa, sin pensar el mar de sacrificios que durante más de diez años han debido soportar para estar al servicio de nosotros. Los medios de difusión, con pocos argumentos, proclaman que los especialistas rechazan ir a zonas alejadas para atender a muchos enfermos, pero se cuidan de no mencionar que los facultativos no van a Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Chiapas por la inseguridad y falta de equipos especializados.

  Vergüenza nos da cuando sabemos que en Jalisco una mujer, es rociada con alcohol por tres hombres y una fémina, para después prenderle fuego, lo terrible del caso es de que ello con mucha anticipación ya había denunciado, y nadie, absolutamente nadie atendió el reclamo de esa persona que hoy deja en la orfandad a un niño aquejado de autismo ¿dónde estabamos todos y todas? ¿Qué hizo el gobernador que pretende ser Presidente de México? ¿Qué hacen las instituciones de seguridad, religiosas, las ONGS?.

    Muchos aún no aceptamos que todos los seres vivos del planeta, los árboles, los animales, la gente somos parte de un TODO, causa vergüenza que hoy se anuncie que se “pedirá” a organismos internacionales de la ecología dinero para atenuar la catástrofe, desgracia que se viene sobre la mariposa monarca en Michoacán, muchas ya no llegan desde Canadá, por la sencilla razón  del cambio climático que  ha hecho estragos sobre ellas; el uso de fungicidas, insecticidas que se usan en EUA y México ha terminado con el algodoncillo que es una planta importante para esos lepidópteros. Llegamos hace treinta años al santuario de El Rosario, el guardia nos exige no alejarnos del sendero señalado, no hago caso y me interno a otras áreas, para ver con sorpresa como la motosierra hacía su mortal quehacer en los inermes oyameles.

   Vergüenza es  anunciar el “irremediable” fin de la vaquita marina en Baja California, atrapada en las redes criminales de quienes desean atrapar a la totoaba, para quitarle el buche que es comprado a alto precio en Asia, supuestamente por tener propiedades afrodisiacas, otros dicen que se usa para trasladar cocaína sin que sea detectada. Vergüenza saber que una madre en Tijuana con sus dos hijos adolescentes consuman fentanilo, creyendo que era cocaína., en una pachanga.

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