Fidel Rodríguez Ramos

   Se acaba de mencionar que en el año lectivo 2020-2021 abandonaron los estudios un millón  cuatrocientos mil alumnos, en las universidades se quejaron de la poca eficiencia de las clases en línea, muchos jóvenes las consideraron tiempo perdido, no se puede ocultar los maestros fueron ignorados desde antes de la pandemia en una necesaria capacitación sobre el uso de los nuevos medios tecnológicos, hoy cuando se trata de volver a una antigua normalidad, la situación sigue igual o peor, pues nuevamente se rediseña una nueva forma de educar, un “nuevo modelo” para atender a millones de desconcertados niños y adolescentes, que perdieron mucho en lo que a lectura, escritura, comprensión se refiere.

   Aunque no se quiera aceptar, nuestra escuela está en el abandono, no se desea proporcionar a la población estudiantil, a los docentes libros adecuados, entendibles desde hace décadas, por ejemplo los textos de ciencias sociales se preparan como en licuadora, sin pies ni cabeza, con palabras incomprensibles, como si se deseara alejar a todo mundo de lo escrito, de lo que la humanidad ha acumulado para una mejor existencia. 

    Hay abandono, porque al iniciar el nuevo gobierno obradorista, su primer titular de la Secretaría de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán prefiere aventar el arpa para desempeñarse como funcionario diplomático en Washington. Él siempre ha mostrado interés por el trabajo que en educación promueve la iniciativa privada. Y por si fuera poco, hoy su sucesora Delfina Gómez muestra más preocupación por candidatearse para ocupar la gubernatura del Estado de México, desinteresándose por la educación de la niñez, de todo el mundo educativo, que simplemente después del regreso a las clases presenciales, retoma las mismas rutinas o prácticas, como si nada hubiera pasado.

    Hay abandono en la educación, porque, y lo reconocen los expertos, en la misma hay una terrible división, en los Estados los maestros están organizados en múltiples organizaciones que aspiran a defender sus derechos, en Michoacán por lo menos hay seis sindicatos, se permite ya que en cada escuela se pueda organizar con veinte docentes una nueva figura sindical, los especialistas dicen que en cada escuela, para garantizar una buena enseñanza, debe haber un fuerte trabajo colectivo. Detrás de esa división, desde hace ochenta años, estuvieron los sucesivos gobiernos presidenciales, organizaciones de derecha como Mexicanos Primero, impulsada por Claudio X González Guajardo que, solito, hoy dirige al PRI, PAN y PRD.

  Hay abandono porque el renglón educativo recibe pocos recursos, de ahí que en cada nuevo ciclo escolar, inconstitucionalmente, se pida, a la de a fuerzas, una “cooperación escolar”, pues en caso contrario se niega lo que se dice ser un derecho, el de educarse. El desempleo, los reducidos salarios exigen que en cada centro educativo, que se precie de ser eso, haya comedores, calzado, lentes, uniformes, libros, libretas, auxiliares (mapas, biografías, láminas) para los escolapios; material para prácticas de laboratorio, instalaciones, materiales deportivos, atención médica, bibliotecas, equipo de cómputo para mínimamente empezar a hablar de “educación de excelencia”, lo peor es de que para iniciar una nueva práctica hay suficientes recursos económicos. Se acaba de anunciar que hay en México un ahorro de dos billones de pesos.    

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