Fidel Rodríguez Ramos
Aunque sea por un momento, olvidemos nuestros naturales intereses, criterios, ideas para estar con México, hoy nuestra nación necesita de la atención de todos, pues los gobiernos de Canadá, Estados Unidos de América desean, abusivamente, dominarnos, exprimirnos más, no se han contentado con todo lo que se han llevado de riquezas desde 1994, gracias a un arbitrario intercambio, tratado comercial, así le llaman ellos, para ocultar un terrible despojo que nos va volviendo cada vez más pobres, sin tener muchos la posibilidad de ofrecer a nuestros hijos educación, salud, trabajo, vivienda.
Bajo la figura de Tratado México Estados Unidos Canadá (Tmec), nos han robado sin misericordia alguna las mineras de esos países, pues tan solo en los doce años de gobierno panista, se llevaron oro: ¡el doble de lo que extrajeron los españoles durante 300 años!. Ojala y fueran mentiras, pero del 2005 al 2010 se llevaron más de quinientos mil millones de pesos, y claro debieron cumplir con lo que pudiéramos decir son los derechos, impuestos para el pueblo mexicano, legítimo propietario del subsuelo, entregaron la fabulosa cantidad de seis mil quinientos cuarenta y tres millones de pesos, ¿cómo se le puede llamar a eso?.
Muchos aplaudieron, y lo siguen haciendo, al famoso Tratado, creyendo que gracias a él seríamos como Taiwan, Corea del Sur, Singapur. En Corea hay maquiladoras gringas, pero desconocemos que allá se establecieron bajo ciertas reglas o condiciones, como usar materiales coreanos, gozar y ser propietarios de parte de la tecnología americana y buenos salarios. Lo anterior ni remotamente se da aquí. Ese mismo proyecto de Tratado Comercial trató de echarse a andar también en Argentina, Venezuela, Ecuador y los pueblos lo rechazaron abiertamente, de ahí el odio yanqui contra los venezolanos, y contra toda América del Sur, el Caribe y Centro América. Sólo nosotros mordimos el anzuelo.
El Tratado es injusto, porque no podemos competir contra esas poderosas naciones, en cualquier aspecto, son tan fuertes que hicieron trizas, pedazos nuestra Constitución, pues por ejemplo si tenemos algún diferendo, problema éste, por los calzones del Tmec, debe ser solucionado por tribunales internacionales. Para no perder toda nuestra industria eléctrica, les ofrecimos el 46 por ciento de lo que ellos llaman el “mercado” eléctrico, la posibilidad de seguir enriqueciéndose a manos llenas, eso los gringos, los canadienses lo vieron como una debilidad nuestra, y dijeron ¡no! ¡queremos todo!. Por el mismo rumbo va la cosa con Pemex, ellos desean poner sus condiciones leoninas; es más ya desde hace tiempo estamos demandados por cientos de millones de dólares, debemos aceptar que hoy, simple y sencillamente estamos indefensos, nos tienen en sus garras. Pero ¿cuál pudiera ser el remedio para evitar tanta alevosía?, pues creemos que sólo saliendo a las calles, plazas podemos detener ésta arbitrariedad, llamar a los que no desean participar, a los indiferentes. Si no lo hacemos, se profundizará la miseria, el aumento, la inflación de los precios de todo, las carencias que cada vez, millones de semejantes viven en carne propia. ¡Ahora es el momento de quienes aman verdaderamente a ésta Patria, digna de mejor suerte! ¿no lo cree usted amable lectora, lector?