Fidel Rodríguez Ramos
Múltiples obstáculos ha encontrado la construcción del llamado tren maya del sureste, ecologistas, arqueólogos, ambientalistas, hoteleros hicieron hasta lo imposible para que ese sistema de transporte no se materializara, y hoy el Presidente de México anuncia que un tramo en la península yucateca no se construirá, el que iría de Xpujil a Chetumal, sin embargo, pese a ello múltiples comunidades tendrán acceso al mismo, habrá un desarrollo económico gracias al turismo nacional e internacional deseoso de conocer un legado natural, arquitectónico maravilloso presente en Palenque, Chichén Itzá, Uxmal, Tulum, Escárcega.
Hubo una fuerte protesta, pues se alegaba la destrucción de múltiples ciudades, templos, edificios construidos antes de que llegaran los españoles en 1519, el tren los arruinaría, desafortunadamente en casi todo el territorio nacional hay esos vestigios ocultos aún, por sobre ellos atraviesan autopistas, sistemas ferroviarios, encima se construyen edificios modernos, negocios, oficinas. Los ecologistas alegaban la posibilidad de arruinar un delicado sistema ambiental, selvas, ríos submarinos. Olvidando que el deterioro, contaminación, destrucción de manglares, arrecifes es inocultable en toda esa área fabulosa.
Lo económico se olvida, importa más salvar la naturaleza, Obrador desea impulsar lo primero, crear empleos, alternativas en nuestro país que poco a poco va mostrando una creciente miseria, y claro es difícil armonizar nuestra relación con un entorno frágil, delicado. Ese escenario quizás no lo conoceríamos, si hubiésemos tenido el coraje de defender todo un sistema ferroviario que nacionalizará Lázaro Cárdenas del Río, que unía a todo el país, nadie o muy pocos protestamos cuando el expresidente Ernesto Zedillo, absurdamente entrega veinte mil kilómetros de vías ferroviarias, privatiza, regala a empresarios nacionales y extranjeros (Kansas City Southern Industries-Mexican Pacific Tel Mex Railway) un medio de transporte estratégico, importante para generar riqueza. Los nuevos “dueños” durante cien años aprovecharan las rutas, las conexiones que teníamos con los Estados Unidos de América para mover sus productos, minerales, contenedores. Estaciones, bodegas, rutas tienen en el Golfo de México, en el Pacífico los que se beneficiaron con la pésima administración de priistas y panistas, a ellos se les entrega un recurso, propiedad nacional por una bicoca, después de haber sido saneado, arreglado, después de correr a más de 50 mil ferrocarrileros. Nuestro tren antes servía para transportar gentes, alimentos, carga, petróleo, agua, gasolina, mercancías, ganado de una manera económica. El tren fue importante en la Revolución de 1910, en él se movilizaron las tropas de Villa, Madero, Obregón, Carranza.