Fidel Rodríguez Ramos

   Por algo nuestra educación anda mal, no se desea que conozcamos el uso tan importante que tienen los minerales en todas las actividades que realiza el ser humano, su valor como el oro, la plata que últimamente registran un aumento de más de trescientos por ciento en los mercados internacionales, si hubiera un aprovechamiento inteligente, nacional en la minería, nuestro país no registraría hoy la pobreza en más de cincuenta millones de habitantes.

  Desconocemos que vivimos en un mar de riqueza mineral, que aprovechan unos cuantos mexicanos, compañías norteamericanas y estadunidenses que saben la existencia de valiosos recursos en  miles de kilómetros cuadrados. A ellos durante el gobierno de Vicente Fox y Felipe Calderón se les entrega una superficie del tamaño de Chihuahua, para que a sus anchas extrajeran plata, tanta hay que México es el productor número uno en el planeta. No sabíamos de la existencia de celestita que se usa en los fuegos artificiales, de bismuto para tratar la diarrea, del molibdeno para hacer partes de los misiles y de la aviación.

   Asombrosa es la existencia de esa enorme riqueza, que a sus anchas explotan los extranjeros, con sus pares mexicanos, y lo increíble, prácticamente sin compartir con el gobierno, con el pueblo (verdadero dueño de ese tesoro) alguna parte sustancial de las ganancias que logran cada día, el fruto lo envian a sus países. Nadie puede criticarlos, pues al menor intento ¡amenazan con llevarse su dinero, la inversión a otros países, donde supuestamente les darían permiso para robar impunemente!. Tan altas son las posibilidades de enriquecerse fácilmente que nuestro país es preferido por los inversionistas mineros foráneos, dejando fuera de sus expectativas a los Estados Unidos de América (a lo mejor allá no son igual de ingenuos como aquí). Hubo un día en que Japón, durante décadas, placenteramente explota la mayor mina de sal del planeta, que se encuentra en Guerrero Negro, Baja California. Hoy en Sonora se encuentra un valioso yacimiento de litio, y por extrañas artes ¡el dueño, legal, es China!. Los enemigos de Obrador exigen que la ley debe respetarse, que debemos aceptar la sucia acción que alguien hizo para beneficiar primero a Inglaterra con el litio, después ésta, billete de por medio, lo  “cede” a los chinos.

  Por cosas de la ley, las comunidades no pueden explotar sus recursos mineros, ellas y los pueblos de Guerrero, Oaxaca, Sonora, Durango, Coahuila, Zacatecas, San Luis Potosí deben padecer la llamada minería a cielo abierto que contamina el aire, los suelos y los mantos freáticos. No lo sabíamos, la minería hoy es la cuarta actividad en importancia, como el petróleo (1ª), las remesas (2ª) y el turismo (3ª). Como no van a estar felices los extranjeros, pues México por su producción de molibdeno ocupa a nivel mundial el sexto lugar. Lo dicho, vivimos en un mar de riqueza, pero ésta es AJENA, gracias  a la caridad, desprendimiento del PRI y PAN que saludan a los poderosos extranjeros con sombrero ajeno. Y todavía, los cínicos y desvergonzados, aseguran que ellos con el PRD en el 2024 ¡salvarán al país de la dictadura, fracaso que supuestamente padecemos!.

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