Fidel Rodríguez Ramos
El sábado 26 de noviembre todo era alegría en la ciudad de Morelia, con ansia se esperaba el
inicio del partido entre México y Argentina, dos gigantescas pantallas se instalan en la plaza de
armas y Melchor Ocampo, hombres, mujeres, jóvenes, niños portaban algún distintivo verde,
camisetas de ese color, y alguien deambulaba con una bandera tricolor en la espalda, otros las
movían en los sitios mencionados, largas filas había frente a los cafés, en general se esperaba que
nuestra selección derrotara a los albicelestes, no era infundada la razón, pues días antes se había
logrado un empate frente a Polonia.
Igual era el ambiente en Pátzcuaro y ayuntamientos cercanos, pantallas gigantes para ver algo
que no podía darse, nuestra victoria frente al conjunto de Lionel Messi, extraordinario artista en el
balompié, y ya desde antes anticipábamos con algunos amigos de la capital michoacana que el
resultado sería cero-cero, y o uno cero a favor de los gauchos.
No mostramos mucho interés porque esa película ya la hemos visto varias veces, los medios de
difusión desproporcionadamente inflan a nuestros futbolistas, y claro son buenísimos, excelentes,
luminarias como Hugo Sánchez, Chicharito. Los comerciantes, a sus anchas en pocos días se llenan
los bolsillos de dinero, propagando lo que no existe en la realidad. Exagerando hoy con el “matar o
morir”. Y esa historia se repite mundial con mundial.
Pero como se va a tener un buen papel, si muchos de nuestros astros, al cuarto para las doce, se
integran a una escuadra que nunca puede realizar prácticas de conjunto, debido a que los clubes
que los contratan en Europa o Estados Unidos de América no consienten que se ausenten ni un
solo día, por aquello de que les pagan salarios millonarios. Además muchos de quienes deberían
de estar en la selección no aceptan esa honra por temor a sufrir alguna lesión, y pues tienen razón,
porque no hay nada que garantice su atención, un retiro que sería catastrófico. Los profesionales,
quienes juegan en México no tienen nada asegurado, no hay una pensión, un seguro pese a las
cantidades enormes de dinero que se mueven en la televisión, en las marcas que los patrocinan,
ríos de capital se mueven en cada mundial y poco les llega a las selecciones.
Lo anterior debe cambiar, a nuestros grandes futbolistas se debe garantizar salarios dignos,
atención completa en todos los aspectos, porque mientras eso no cambie tendremos cada cuatro
años el mismo panorama, la misma desilusión. Todos los días se debe prestar atención al deporte,
como se hace en Cuba. Por ejemplo en todo el país hay grandes luminarias que actúan y
desaparecen en el anonimato, para ellos no hay ningún tipo de apoyo o atención. Y el cuidado,
interés debe darse desde los municipios, pues en los mismos debe haber un ánimo para ayudar a
todas las disciplinas deportivas. Aquí en Pátzcuaro tuvimos la suerte de acompañar a las personas
que forma, entrena el “Pesco” (QEPD), ellos en atletismo barrieron en un nacional celebrado en
Mazatlán a todos sus contrincantes, a pesar de andar desvelados, sin el calzado adecuado o comer bien, sólo su escuela les brindo el pasaje y hospedaje. Difícil será el próximo partido frente a
Arabia Saudita, a pesar de que nuestro equipo ya no se “engenta” o tiene temor como antes. Un
especialista de Pátzcuaro asegura que Brasil será el campeón en Qatar, eso por lo menos nos
quitará tanta tristeza o desilusión.