Fidel Rodríguez Ramos

   Desde el domingo ocho de enero del 2023, se encuentran en tierras mexicanas delegaciones que acompañan a los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden y Justin Trudeau del Canadá, quienes trataran importantes asuntos con sus pares, los representantes de Andrés Manuel López Obrador. Algunos de tales temas son la migración de miles de personas hacia Norteamérica; el paso de toneladas de drogas, como la cocaína, el fentanilo; y la necesaria colaboración, ayuda económica a todo el continente.

  Esa es la agenda oficial, pero el aspecto más candente tiene que ver con la necesidad que ha planteado Obrador a sus pares gobernantes, esto es el revisar los acuerdos que firma Enrique Peña Nieto en materia energética con empresarios norteamericanos, españoles que lesionan a México, pues resultan sumamente desventajosos. Así en electricidad casi ya controlan la mitad de la generación, distribución y venta de la misma en millones de hogares, cadenas comerciales, fábricas, cementeras, panificadoras, armadoras de automóviles. Eso no se permite en los mismos Estados Unidos de América, por ser un renglón estratégico, valioso que brinda mucho dinero al gobierno. Francia, recientemente revisa la misma situación que padecía y acuerda recuperar, tener en sus manos la dirección de esa actividad.

   Igual sucede con Pemex, México considera necesario modificar muchas cláusulas, acuerdos como no seguir pagando altos recursos por gasoductos, que no han funcionado, esto es que no han transportado nada. Moderar el punto que tiene que ver con el ofrecimiento de gas a esas empresas, a un precio reducido, menor al que se adquiere en los mercados internacionales, no cumplir con ello nos representa una fuerte sanción, multa económica. Lo que plantea Obrador es no desconocer lo que se firma con Peña Nieto, sino moderar, aligerar una carga que resulta insoportable, gravosa para la buena marcha, desarrollo del país, que con urgencia necesita empleos, mejores salarios, medicinas, educación, servicios de salud que no se pueden ofrecer por no haber dinero para ello.

   Eso es lo que pedimos razonadamente, para beneficio de todos. Sin embargo hay grupos internacionales, gobiernos, partidos políticos mexicanos que exigen el que se cumpla puntualmente con lo que firmó el anterior gobierno. Pues de no hacerlo, dejaran de venir inversiones extranjeras al país, no habrá confianza, credibilidad en nosotros. En una palabra ellos dicen, aseguran que es lo mejor que podemos hacer para vivir bien, para dejar atrás la pobreza. Pero no sólo ellos han externado su opinión, también integrantes del poder legislativo norteamericano y español,  Organismos no Gubernamentales, ecológicos como Greenpeace  aseguran que gracias a esas compañías foráneas hay la valiosa oportunidad de generar energías limpias, y no la suciedad, envenenamiento, calentamiento global que produce Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Pemex al operar supuestamente con combustóleo, carbón en vez de recurrir al Sol, viento y mareas, el caso de la primera. Y en el caso de la segunda por la contaminación, destrucción del medio ambiente en los lugares en que se extrae. Es un absurdo, dicen, apostar al petróleo cuando ya vienen los autos eléctricos, es tirar el dinero construyendo la refinería Olmeca. Es necesario que todos opinemos en estos aspectos, para bien de todos, para no seguir alimentando una insana división social. Recordemos lo que decía Abraham Lincoln: Cuando la familia se divide, la casa se destruye.

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