Fidel Rodríguez Ramos

Los altos dirigentes del Instituto Nacional Electoral (INE), se han encargado de difundir un mar de mentiras, para provocar el rechazo de una reforma, que de ninguna manera tiene que ver con la desaparición de ese organismo, sino con la necesidad de limitar sus muchos privilegios, abusos que cuestan mucho a la sociedad mexicana, como dar 58 millones de pesos al encargado del INE para que prepare y rinda su informe anual.

  Lorenzo Córdova Vianello presidente del INE, Noé Murayama, el expresidente de ese instituto José Woldemberg aseguran que la reforma presidencial de Andrés Manuel López Obrador persigue el despido de miles de trabajadores en el INE, el peligro de que ya no tengamos una credencial para identificarnos y, lo más peligroso, que por la falta de personal no haya la posibilidad de tener elecciones presidenciales en el 2024. Los dos primeros personajes dentro de pronto, en cosa de días, ya no seguirán trabajando en ese organismo, que les garantizaba altos salarios, lujos, viajes al extranjero, cursos de “capacitación”, altas compensaciones, autos, choferes, edecanes.

   Sin la presencia de esos personajes, Córdova y Murayama, a decir de ellos, la democracia desaparecerá, la poca que al parecer tienen los mexicanos, pues en Europa Córdova aseguró que ésta, por desgracia no está en nuestro ADN, al interior de lo más profundo de nuestros cuerpos u órganos, no somos, por herencia, aptos, capacitados para practicarla, no se nos da, está fuera de nuestro alcance. Y desde hace tiempo exigieron amplios recursos para practicarla, a través de consultas, como no se les dio lo que exigían, le hicieron un amplio vacío al proceso donde se pide a los mexicanos expresar si estaban o no de acuerdo en juzgar a los expresidentes Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, no hubo organización, mesas receptoras, personal para registrar la opinión de la sociedad que comparten la idea de que a esos personajes tiempo les faltó para destruir por completo al país.

  Hubo una segunda consulta y, ésta tenía que ver con la permanencia o despido del actual presidente Obrador, el INE repite su mismo proceder, un proceso pobre, raquítico, desangelado, sin propaganda o personal suficiente, en muchos lugares del país, decenas, cientos de casillas no se instalaron. Y a las pocas horas de ese ejercicio, que se registra en los países más avanzados don Lorenzo Córdova anuncia que la votación no tendría ninguna validez, “no sería vinculatoria”. Sin importar la participación amplia o escasa de la sociedad.

  Ignacio Mier, coordinador de Morena, declara que en el INE hay un “cochinito” de 600 millones de pesos que garantiza más de quince millones de pesos, a todo aquel alto ejecutivo que tenga a bien retirarse del INE, aparte de lo que por ley tiene garantizado como pago. Feroz ha sido la campaña de quienes creen que el INE “no debe ser tocado”, como la de José Woldemberg quien en un cercano pasado declara que, por su excelente gobierno, Carlos Salinas de Gortari debería reelegirse.

  En la “defensa” del INE se encuentra el PAN, PRI, PRD, el empresario Claudio X González Guajardo que hace el milagro de arrejuntarlos; la mayoría de los diarios nacionales, con sus comentaristas de lujo como Ernesto Aguilar Camín quien declara que Obrador aprueba, da permiso al narco para que actúe impunemente. En ese fuerte bloque opositor actúa Jesús Zambrano, el mero mero del PRD a quien los maestros deben la aprobación de la llamada Unidad de Medida y Actualización (UMA), de corbata se llevaron al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano quien al darse cuenta de su fatal error, de ir contra la historia, se zafa de tal grupúsculo.

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