Fidel Rodríguez Ramos


Los finales del siglo XX, los primeros años que descubren al XXI han sido demasiado rápidos, no
hemos tenido la oportunidad de atenderlos, como debiera de ser, de ahí que muchos eventos,
personas nos resulten un tanto desconocidas, como lo es la del militar de Venezuela, Hugo Chávez
Frías quien falleciera un cinco de marzo del 2013 siendo presidente desde 1999, en ese día se
realiza en las afueras de la embajada venezolana en la Ciudad de México, un acto donde
estuvieron muchas organizaciones, comuneros, trabajadores que hicieron uso del micrófono para
enviar un mensaje solidario a ese pueblo hermano, al mismo fuimos invitados y nuestra
participación se centra en agradecer lo que hizo por mucha gente para devolverles la vista, no
solamente en México sino en varias partes, Chávez mandaba inclusive aviones para que
trasladaran hasta el sur del continente a los afortunados para operarse.


Desde ese momento reflexione y, no me explicaba la razón para que ese presidente sureño,
recibiera múltiples ataques, condenas por parte del poderoso imperio capitalista, como lo es el
norteamericano. Tenía otras referencias que me ponían a dudar, pues un familiar, artesano me
comentaba que Chávez invita a una delegación de michoacanos para que mostraran las maravillas
que salían de sus manos, a ese pariente le confían el expresar unas palabras de agradecimiento al
comandante que muriera a causa del cáncer.


Y el odio de los magnates norteamericanos hacia Chávez tiene muchas caras, quizás la más
importante tiene que ver con el inmenso deseo por apropiarse de lo que se considera es el más
grande depósito de petróleo que hay en el mundo, esa riqueza permite a Chávez ayudar a Cuba,
enviar durante un intenso invierno combustible regalado a la gente de los mismos Estados Unidos.
Proponer a las naciones de Centroamérica, Cono Sur el proyecto de unidad para ayudarse todos a
resolver los muchos problemas que hay en esa extensa área.


Lo anterior por supuesto que irrita a los hiper millonarios del norte, pero lo que más los ofende
es el acercamiento de Chávez con los países que EUA considera sus más peligrosos enemigos, el
comandante visita Irak, Irán, Cuba, Libia, Arabia Saudita para fortalecer a la Organización de Países
Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP). Eso era ya demasiado, un peligroso ejemplo para
los pueblos oprimidos, pero más lo fue saber que el militar anuncia la construcción de un nuevo
modelo económico basado en el socialismo y, eso no fueron solamente palabras, los estudiantes
venezolanos reciben comida y todo lo necesario para estudiar, Chávez inclusive renuncia a su
salario para darlo a los universitarios; se apoya a campesinos, obreros, empieza pues una
revolución fincada en el aprovechamiento del petróleo.


En el 2018 su sucesor Nicolás Maduro es reelecto en elecciones, eso no lo tolera la oposición
interna venezolana, quien logra instalar un gobierno paralelo, poner a Juan Guaidó como
presidente, inmediatamente Estados Unidos de América lo reconoce junto a 50 naciones.
Arbitrariamente los magnates gringos ordenan que parte del dinero del pueblo chavista, que se
había confiado a bancos de Inglaterra se congele, se guarde en un momento en que el gobierno de

Maduro lo pide para comprar vacunas contra el Covid-19, comida, bienes para tratar de paliar una
creciente pobreza. Maduro ha sufrido atentados; para controlar Venezuela, se ha amenazado a
muchas naciones para que no tengan trato con la patria de Bolívar, todo ha sido en vano, Guaidó
ha sido desconocido por sus mismos promotores y, en México se han iniciado pláticas con los
opositores para solucionar una situación que afecta a millones de gentes, a miles que tratan de
encontrar refugio en Norteamérica.

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