Fidel Rodríguez Ramos

  Los atropellos que se cometen contra los que menos tienen, han sido desde siempre, aquí en México se ha llegado al extremo de jugar con el hambre de millones de inocentes gentes y, la verdad no entendemos como siguen en puestos de gobierno quienes directa o indirectamente, cometen barbaridad con los programas que se establecen para dar de comer, aunque sea pocas veces, a algunos millones de afortunados.

  El coraje, desilusión nos hace muchas veces olvidar a quienes toman lo que no les pertenece, que se les ha confiado, así recientemente una mujer encargada de llevar alimentos a las rancherías, pueblos más asolados por la miseria, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto tiene la osadía, cinismo de apropiarse de cinco mil millones de pesos, en compañía de una pandilla, ese dinero se le confía para hacer avanzar la llamada “Cruzada contra el Hambre”, hoy esa persona, que presume de ser una “perseguida política”, que fue encerrada tras las rejas un tiempo, deambula feliz, libremente,  quizás pensando en sus comunicados que por si fuera poco le publica la prensa nacional,  seguramente le pagarán por sus “notas”, a la autora de la llamada “Estafa Maestra”.

  Pero bueno no se apropió de mucho, como un hermano de Carlos Salinas de Gortari, que por su fuerte relación familiar tiene a bien disponer de la Comisión Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO), donde, recuerde éste nombre, era persona clave Ignacio Ovalle Fernández. Ese instituto tiene también la sana tarea de llevar comida, alimentos a buen precio a miles de comunidades, en Pátzcuaro en las tiendas Conasupo llegamos a comprar pulpo enlatado, cosas a bajo precio. En esa época andaba un barco a la deriva, lleno de toneladas de leche en polvo, en varios países la anduvo ofreciendo gratis, ningún gobierno la quiso recibir, por el hecho de que el producto estaba contaminado,  a raíz de una tragedia, accidente que se registra en una planta nuclear, la radiactividad escapa y llega al forraje con que se alimentan muchas vacas. El hermano de Salinas con el permiso de quienes dirigen la Conasupo, acepta el cargamento contaminado que es distribuido en las miles de lecherías donde ésta era regalada. La gente, sin saberlo, consume el veneno; pero eso no era todo, la leche que le regalan al familiar del entonces presidente, ¡se la vende a Conasupo!, negocio redondo, valiéndole gorro las afectaciones en niños, jóvenes, adultos y gente de la tercera edad.

    Sólo eso pudo pasar en éste golpeado país, pero Ignacio Ovalle Fernández ahora con el gobierno de Obrador, increíblemente, es nombrado director en Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), donde se registra un “pequeño” desfalco, mal uso, apropiación supuestamente de veinte mil millones de pesos, que, se dice, cometió parte de la pandilla que le acompañaron cuando el señor Ignacio llega a esa institución; Ovalle renuncia y hoy, se dice, que “trabaja” en Gobernación. Así se mueven las cosas en esta humillada nación, por ejemplo el exdirector del Instituto Nacional Electoral (INE) se retira de esa chamba, con una “compensación”, bono de retiro de más de siete millones de pesos; se despide sonriente, feliz corre a refugiarse, otra vez, en la UNAM a “trabajar” arduamente, después de haber defendido la democracia mexicana en EUA y Europa, en el Instituto de Investigaciones Jurídicas, mejor país, para muchos sinvergüenzas no puede haber.

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