Alejandro Martínez Castañeda
En todo el mundo se estima que hay más de 1.300 millones de personas (uno de cada seis habitantes) que pertenecen a alguna de las 2.9 millones de cooperativas existentes, las cuales generan trabajo para cerca de 300 millones de personas, según cifras de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI).
“Probablemente no haya otro movimiento económico, social y político en el mundo que en menos de 200 años haya crecido tanto como nosotros. Pero el crecimiento no es lo más importante. Consumimos, producimos y usamos los recursos que el planeta nos brinda en solidaridad con el medio ambiente y con nuestras comunidades. Es por eso que somos un actor clave para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, expone el presidente de la ACI, el argentino Ariel Guarco.
Las cooperativas contribuyen en el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, adoptada por todos los estados miembros de las Naciones Unidas en 2015, como actores económicos, al crear oportunidades de empleo, medios de vida y generación de ingresos; como empresas con objetivos sociales y centradas en las personas, fomentando la equidad y la justicia social; como instituciones democráticas, al ser controladas por sus miembros, desempeñan un papel de liderazgo en la sociedad y las comunidades locales.
La ACI destaca que en muchos países se observa a las cooperativas agrícolas trabajando la tierra mediante prácticas sostenibles. También, las cooperativas de consumidores apoyan cada vez más las fuentes de abastecimiento sostenible de sus productos y educan a los consumidores sobre el consumo responsable. En tanto, las cooperativas de vivienda ayudan a garantizar viviendas seguras y asequibles.
Por su parte, los bancos cooperativos contribuyen a la estabilidad gracias a su proximidad con sus clientes, brindan acceso a financiamiento a nivel local y están muy extendidos incluso en áreas remotas. Las cooperativas de servicios públicos posibilitan el acceso a la energía y el agua en el medio rural y muchas de ellos se dedican a liderar la transición hacia la democracia energética.
De igual modo, las cooperativas de trabajo y cooperativas sociales en los diversos sectores (salud, comunicaciones, turismo, etcétera) tienen como objetivo proporcionar bienes y servicios de manera eficiente, a la vez que crean empleos sostenibles a largo plazo, de forma cada vez más amigable con el planeta.
La ONU ha reconocido que dichas empresas sociales fomentan la igualdad en las comunidades donde se desarrollan, ya que están comprometidas con el desarrollo sostenible en sus aspectos medioambientales, sociales y económicos. Este compromiso se pone de manifiesto en el apoyo a las actividades de la comunidad, el abastecimiento local para beneficiar a la economía del lugar y un sistema de toma de decisiones que tiene en cuenta las repercusiones en su entorno.
Diferentes voces coinciden en destacar que los valores y principios que practican las cooperativas están alineados con los ODS, además de que estas organizaciones están arraigadas en los territorios, preocupadas por las necesidades de cada comunidad, que es en definitiva la protagonista de su propio destino a través de la organización cooperativa.