Alejandro Martínez Castañeda
Las cooperativas de cuidados se dedican a la prestación de servicios de cuidado de las personas adultas mayores, niños y niñas, personas con discapacidad, necesidad de asistencia médica, entre otros. Cumplen una función fundamental en el cuidado de las personas en todas las etapas de la vida para que puedan lograr la mayor calidad de vida posible.
“Todas las personas requerimos cuidados en cada etapa de la vida: desde apoyo para lograr nuestro desarrollo físico, mental y social, con salud, alimentación e higiene, hasta un entorno propicio para corresponder a la necesidad humana de pertenencia a una comunidad o grupo. En México, como en muchos países de Latinoamérica y del mundo, impera una falta de cuidados. La pandemia del coronavirus puso de relieve las profundidades y consecuencias de esta carencia. Esto se debe a que los cuidados se proveen como si no fueran un asunto público y de corresponsabilidad social, sino un asunto privado, que se ha dejado en manos principalmente de los hogares y de las familias”, según advierten las especialistas Jana Vasil’eva y Ana Lilia Valderrama Santibáñez.
Investigaciones revelan que la mayoría de personas que trabajan en la provisión de cuidados en todo el mundo son mujeres y, muchas de éstas trabajan de forma informal, y en muchos otros casos son trabajadoras migrantes, lo que genera un grupo particularmente vulnerable a la explotación, a la exclusión en el mercado de trabajo y, finalmente, a la infravaloración de esta profesión nada prescindible. Al otro lado, muchas personas con necesidad de cuidados de larga duración, reciben cuidados desprofesionalizados, despersonalizados y sin continuidad en el tiempo, lo que dista enormemente de recibir cuidados de calidad que promuevan el derecho a la autonomía personal.
Además, la necesidad de cuidados está creciendo en todo el mundo, impulsada por los cambios demográficos, entre ellos el envejecimiento cada vez mayor de la población y el aumento de las personas que viven con enfermedades crónicas. Como empresas centradas en las personas, guiadas por principios y propiedad de sus miembros, las cooperativas están surgiendo como un tipo innovador de proveedor de cuidados, en particular en ausencia de opciones públicas o de otras opciones privadas viables.
Desde el modelo de Economía Social (ES) se trabaja en dar solución a estas problemáticas y esto ha llevado a implementar en algunos lugares el modelo cooperativo en la prestación de servicios de cuidado, con lo que se busca crear oportunidades y buenas prácticas, promoviendo una perspectiva humanitaria del deber de cuidar y el derecho a ser cuidado, tomando siempre como base los valores y principios de la ES que hablan sobre solidaridad, responsabilidad, democracia, igualdad y equidad. Así como la honestidad, transparencia, responsabilidad social y preocupación por el prójimo.
El Instituto Nacional de la Economía Social (Inaes) ejemplifica que en Nueva York existe una plataforma para el cuidado de los niños llamada Beyond Care Cooperative que está conformada por cerca de 45 personas dedicadas al cuidado profesional de los menores. Los usuarios se contactan a través de su plataforma en línea, y la intención de esta iniciativa es poder generar una app móvil que les permita facilitar la contratación de los servicios y diversificar su forma de llegar a potenciales consumidores de los servicios.