Alicia R. Ramírez

     En esta sociedad es cosa importante el mercado de todos los países, donde se ofertan las cosas que producimos, no hace mucho en Pátzcuaro se vendía ropa de lana y algodón, cerrillos, fideos, bebidas embotelladas, licores, cajeta, nieves, paletas y lo importante de ello, es de que tales productos los elaboraba la gente del municipio, había talleres de herrería, molinos de trigo, a nuestra manera, contábamos con pequeñas fábricas para hacer esos productos de primera necesidad, se hacía inclusive hielo.

  Cosa importante era hacer visible, familiarizarse con la industria, talleres, saber que la comunidad era capaz de producir lo que necesitaba. Se hacían muebles, manteca, medicinas, conservas de frutas. Mucho de lo anterior se acaba, cuando torpemente se decide entregar todo el mercado mexicano a otros intereses, principalmente extranjeros y, claro sin haber tenido la más mínima amabilidad, atención de consultarnos.

  Increíblemente, gentes de otras naciones, lamentaron el que nuestro mercado interno lo perdiéramos. Esa historia no ha terminado, nos sigue perjudicando pues de una manera miserable nos han quitado muchas cosas valiosas. Recientemente nos quitaron nuestras tienditas, los changarritos por parte de los grandes consorcios comerciales, compañías que tienen almacenes en todo el planeta, arruinando a millones de personas, dedicadas a la panadería, cultivo de frutas, verduras pues esos negocios de lujo, exigían un control de calidad, precios bajos y por si fuera poco el que se les ¡dejara fíados!. En Pátzcuaro, los comerciantes se opusieron a esa letal medida, sin embargo “grandes personajes” de la política, grupos organizados los dejan solos, cuando desarrollan una medida radical frente a esos grandes monopolios que envían sus ganancias a sus casas matrices de EUA.

   El gobierno mexicano permite que grandes productores extranjeros de carne de pollo, cerdo, res se vengan a establecer aquí, recibiendo muchas facilidades, sin llamarles la atención por graves daños al entorno ecológico donde se establecen, como en la península yucateca, donde hay inmensos criaderos de cerdos. Oh en Michoacán, donde cultivan frutos rojos, usando peligrosas sustancias químicas, evitando con métodos artificiales la caída de lluvias.

   Un segundo golpe letal fue el que desde Italia, una empresa viene a arrebatar el trabajo a los paleteros, vendedores de bolis helados, a ese grado de despojo hemos llegado, y por si fuera poco esa empresa multinacional evade impuestos. Un tercer golpe amargo fue quitar el empleo a miles de taxistas, la sobrevivencia a millones de gentes que dependen de los operadores pues las llamadas aplicaciones UBER, DIDI que surgen en Europa y Estados Unidos, con el cobarde permiso de los diputados locales de Michoacán, a escondidas, a salto de mata, avalaron el que les hagan competencia desleal a los conductores de taxis, que a la de a fuerzas competirán con un pulpo internacional, que a la brava se ha impuesto, con violencia, en la Ciudad de México, Quintana Roo y Morelia. Al gobierno ya no le importa garantizar la educación popular ¿para qué si han proliferado todo tipo de escuelas privadas? Ahora con un simple teclazo, uno se puede inscribir a centros superiores de España, Francia o EUA. Después de lo anterior ¿qué sigue?.

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